lunes, 27 de febrero de 2012

Dos colores para una sola lucha

Los habitantes del antiguo Egipto llamaban a su país Kemet, traducido como “tierra negra” debido a la fertilidad generada por los limos negros depositados tras las crecidas anuales del río Nilo; todo ello en contraposición al desheret o "la tierra roja", que caracteriza al árido desierto, a los países extranjeros (por oposición a Egipto) y al Dios Seth, representante de la muerte. No por nada, en sepulturas subterráneas de aquella cultura se han encontrado papiros con antiguas escrituras en colores negro y rojo.
“Color de sangre tiene el fuego, / color negro tiene el volcán. / Colores rojo y negro tiene/ nuestra bandera triunfal.”, es la letra de la Internacional Anarquista, uno de los himnos ácratas más interpretados por la Federación Anarquista Ibérica (FAI), durante la Guerra Civil Española (1936-1939), aunque la organización ya contaba con el rojinegro distintivo desde su fundación, en 1927. Tenemos otro ejemplo claro: “Viva la FAI y la CNT/ luchemos hermanos/ contra los tiranos/ y los requetés/ Rojo pendón, / negro color, / luchemos hermanos/ aunque en la batalla/ debamos morir.”
Las interpretaciones más frecuentes aluden a que la bandera rojinegra une el negro del anarquismo con el rojo del sindicalismo o movimiento obrero; normalmente los colores están cosidos en diagonal, aunque las primeras banderas lo estaban de forma horizontal.
El poeta chileno Pablo Neruda (1904- 1973) narra algunas particularidades observadas durante su experiencia española, en medio de la Guerra Civil: “Los anarquistas habían pintado tranvías y autobuses, la mitad roja y la mitad amarilla. Con sus largas melenas y barbas, collares y pulseras de balas, protagonizaban el carnaval agónico de España. Vi a varios de ellos calzando zapatos emblemáticos, la mitad de cuero rojo y la otra de cuero negro, cuya confección debía haber costado muchísimo trabajo a los zapateros.”
En Costa Rica el rojo y negro fueron utilizados por el Centro de Estudios Germinal, organización anarquista fundada en 1912. Aunque hay usos anteriores de banderas que conjugaban ambos colores en Italia y México, la popularización definitiva vino cuando la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) de España tomó el distintivo como enseña del anarcosindicalismo, en la década de 1920.
Hasta hoy la bandera rojinegra es uno de los símbolos más populares del anarquismo en algunos sitios y ya no se limita a representar el anarcosindicalismo en exclusiva, sino que también es usada por anarcopunks, anarcocomunistas, anarcomutualistas, etc.
De manera opuesta, la extrema derecha utilizó aquellos colores como distintivo; recordemos que la bandera nazi es roja y en un círculo blanco se enmarca la esvástica negra. Del mismo modo, los Camisas negras (en italiano, camicie nere), nombre dado a los miembros del Escuadrón de Acción paramilitar fundado en la Italia fascista de Benito Mussolini (1883-1945); también mencionemos a las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), al Partido político español de ideología nacional-sindicalista, fundado en 1931 y que en 1934 se uniera a la Falange Española.
Pero vale aclarar que, mientras la simbología anarquista le da a ambos colores una significación por sí mismos (los colores como emblemas), los nazis los utilizan como instrumentos visuales. Por su parte, los falangistas trataron de vender la idea de organización obrera y popular para convencer así a los sectores menos ideologizados de la izquierda a pasarse a la derecha.
Podemos mencionar un film dramático o de ficción que trata de reflejar la participación de la resistencia falangista en el Madrid republicano durante la contienda civil: Rojo y Negro, dirigido por Carlos Arévalo (n. 1942) a finales de 1941 y principios de 1942.
Acerca de este film, el historiador de cine Carlos Fernández Cuenca (1904-1977) lo considera como “de auténtica concepción falangista que se ha realizado, desde la alusión en el título de los colores de la bandera de la Falange Española hasta la declarada filiación de la protagonista y de sus camaradas a los ideales y a las conductas que la acción exalta.”
Sin embargo, encuentra ilógico el prefacio: “Creemos que Rojo y Negro está inspirada en un buen deseo: pero su exposición es tan difusa, que se presta a consecuencias indudablemente desacertadas. ‘Rojo de sangre y negro de rencor’ dice el prefacio presentación de la película.”
La simbología se pone una vez más de manifiesto en “Gallo rojo”, canción de la guerra civil española, también conocida como “Los dos gallos” y en donde se aprecia una clara contradicción cromática: “Cuando canta el gallo negro/ es que ya se acaba el día/ Si cantara el gallo rojo/ otro gallo cantaría (…) Gallo negro, gallo negro/ Gallo negro, te lo advierto/ no se rinde un gallo rojo/ mas que cuando está ya muerto”.

jueves, 23 de febrero de 2012

23-F, treinta y un años de mitos para encubrir un autogolpe

Se cumplen 31 años de los sucesos de febrero de 1981 y vuelven a prodigarse los relatos que glosan la grandeza del rey español, salvador de la democracia frente a los golpistas. El ritual del aniversario se renueva y se repite la historieta de buenos y malos convertida en incuestionable. La transición hacía aguas, la economía naufragaba, el pérfido terrorismo y los insaciables nacionalismos «periféricos» ponían en peligro la unidad de España y unos cuantos nostálgicos del franquismo decidieron liquidar la incipiente democracia, pero no lo lograron porque Juan Carlos Borbón les hizo frente e impuso el respeto al estado de derecho.
Ya lo decía la letra del «Tanguillo del golpe»: «¡Qué nochecita pasamos los españoles, vaya una gracia!/ si el Borbón no lo remedia,/ nos quitan la democracia,/ las huelgas los sindicatos y hasta la Constitución.»
Sea con aire de tanguillo, vendido como sesudo trabajo académico o como promocionadísimo best seller de Javier Cercas, el cuento se basa en una historia de canallas extremistas (terroristas y golpistas) y un héroe equilibrado y equilibrador: el rey. Un relato que persigue la identificación social con cierta interpretación de la historia, y, en el fondo, quiere legitimar el modelo de transición y su consecuencia, esto es, el actual régimen constitucional.
Como ha destacado el analista del storytelling Salmon, con estas repeticiones rituales, más allá de contar una historia, se pretenden orientar flujos de emociones, creando y alimentando un mito colectivo. Porque de eso es de lo que estamos hablando, del mito de la modélica transición y, más exactamente, del mito del golpe involucionista reventado por el Borbón.
Un régimen surgido de la transformación «de la ley a la ley» desde una dictadura como la franquista necesita mitos fundacionales que disimulen su pecado original y ha encontrado en los acontecimientos de febrero de 1981 un filón. La versión oficial de aquellos sucesos convierte en paladín democrático al Borbón designado a dedo por Franco para liderar el posfranquismo, el mismo Borbón que proclamara al ser nombrado sucesor su adhesión a los principios del golpe de 1936 y repitiera los halagos al «Caudillo» tras su muerte. Prodigioso milagro recreado cada año por estas fechas gracias a la reedición del shock provocado por la irrupción de una banda de guardias civiles armados en el edificio del Congreso de Madrid.
A falta de una auténtica ruptura con el franquismo, el 23-F se nos presenta como su espectacular simulacro, en el que la integridad del monarca español y su firmeza brillan frente a la oscuridad de los involucionistas. Borbón renace así purificado, limpio de toda mancha, roto el cordón umbilical de una vez por todas con su promotor, el sanguinario dictador Francisco Franco que se hizo con el poder gracias a la ayuda de Hitler y Mussolini y un baño de sangre de dimensiones colosales.
Las imágenes de Tejero, que han sido vistas por todo el mundo y han creado un «recuerdo compartido», invitan a dar por buena la imagen del golpe televisado, cuando lo cierto es que la verdadera naturaleza de lo ocurrido el 23 F ha sido deliberadamente ocultada a la opinión pública. Cuanto más se repiten las mismas imágenes, más cerrojos se cierran sobre el (auto)golpe de timón que el estado posfranquista dio a la reforma.
Más allá del mito, una reforma de la reforma. Recientemente, «El País» publicaba un texto sobre «la intentona golpista del 23-F que desbarató el Rey» en el que se afirmaba que «los hechos han quedado esclarecidos en su casi totalidad». Y es cierto que los hechos se han ido desvelando y hoy en día cualquier persona con interés puede acceder a testimonios, documentos y estudios que permiten hacerse una idea cabal de qué sucedió realmente.
Esta información, sin embargo, lejos de retratarnos a un monarca antigolpista, cuestiona de raíz la versión oficial y nos presenta una trama turbia surgida de las propias entrañas -o cloacas, como se prefiera- del Estado. Los datos que han ido aflorando en estos 31 años, muchas veces como consecuencia de rencillas, venganzas o desaires en el mundo de los servicios secretos españoles han confirmado el análisis de quienes definieron aquello desde el primer momento como un autogolpe.
Estos servicios secretos y otros poderes fácticos tuvieron un protagonismo decisivo en la generación del ambiente de inestabilidad que antecedió al numerito de Tejero, alimentaron la sensación de caos, acosaron a Adolfo Suárez desde todos los frentes y fabricaron y utilizaron hábilmente la amenaza de un golpe militar cuyo objetivo sería poner fin a la transición. Pero no sólo eso, tuvieron que ver con la preparación del autogolpe, su ejecución, su reconducción y su posterior encubrimiento.
Conviene recordar que el Ejército español no había sido llevado a rastras a la reforma, sino que era uno de sus protagonistas a la vez que gendarme. Franco, que fue quien diseñó las claves del escenario posfranquista, se encargó de garantizar el apoyo de las Fuerzas Armadas españolas a su sucesor y nadie cuestionó seriamente ese aval. En 1981, el Ejército no quería volver atrás y, en todo caso, ni los poderes económicos ni los padrinos internacionales se lo hubieran permitido. Lo que estaba sobre la mesa era la utilidad de la amenaza del golpe para poner límites a la transición y, como ocurrió tras el 23F, reorientarla.
Hubo una operación cívico-militar, por usar terminología de documentos de inteligencia de aquellos tiempos, para desalojar a Suárez de la jefatura del Gobierno y marcar una nueva agenda que supusiera la corrección del rumbo de la reforma. No es que el líder de la UCD fuera un peligroso rupturista, pese a que como tal llegó a ser presentado, sino que su tiempo había terminado y era preciso reajustar la marcha de la transición, abriendo el paso a un nuevo tiempo de reconversiones económicas, recortes del proceso autonómico y nuevos bríos en la acción represiva y de guerra sucia. Un nuevo tiempo que más tarde iba a ser liderado por el PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra, un partido que, a diferencia de UCD, no podría ser considerado una prolongación del franquismo.
La dimisión de Suárez, lejos de frenar esa operación, terminaría por hacerla estallar. Tejero, enredado en aquellas tramas aunque posiblemente desconocedor de todo su alcance, iba a crear el shock, la fase explosiva del golpe, por usar términos de un destacado agente de los servicios secretos españoles. Después llegaría la acción de salvación que culminaría con un nuevo pacto de estado fruto de un consenso entre partidos y el Ejército, apoyado por los demás poderes y agentes sociales y que marcaría el inicio de un nuevo tiempo político.
Pero no es lo mismo escribir un guión que llevarlo a la práctica. Tejero se enrocó, se negó a facilitar el paso a la solución prevista y con este inesperado giro el proyecto se fue al garete. El plan se hubo de reinterpretar. No habría gobierno de concentración y tendrían que gestionar de otro modo el shock, pero esto sólo sería posible sacrificando algunas piezas para evitar la implicación de ciertos poderes del estado y del propio monarca.
Así, Tejero, Armada, Milans y otros como San Martín, el hombre de inteligencia de Carrero Blanco, se convertirían en los líderes de un golpe involucionista felizmente abortado por el rey Borbón. Algunos de ellos podían haber sido los paladines de la nueva etapa democrática tras la catarsis, pero terminaron juzgados por apadrinar un golpe de estado.
30 años después, la obstinación en ocultar a la ciudadanía la realidad de aquellos hechos es sumamente preocupante, porque evidencia la voluntad de seguir recurriendo al mito para manipular. Y, lo que es mucho peor, cada año nos recuerdan su resistencia a afrontar una verdadera ruptura con el franquismo.
http://boltxe.info/?p=26785
Más información:
Estado Español
Memoria histórica
Opinión
http://www.kaosenlared.net/noticia/23-f-treinta-anos-mitos-para-encubrir-autogolpe
Os recomiendo que leáis también el artículo de Amadeo Martínez Inglés ( El golpista en palacio), que aparece en la misma publicación.
Y acabo de encontrar otro artículo que creo que os interesará:
El rey que jamás dio golpe
(Un artículo del periodista Carlos Tena).- Cae sobre nosotros otro aniversario de aquella intentona de golpe de estado, conocida ya popularmente por las siglas 23-F. Son días en los que en todos los medios de que dispone la prensa del corazón, despliegan a sus hagiógrafos con la sana intención de paliar las sospechas y mala fama de un monarca, que aprovechó la asonada que habían urdido sus padrinos y mentores (Alfonso Armada y Miláns del Bosch), para que la sociedad española imaginase que el descendiente del Borbón no juró jamás los principios del Movimiento Nacional (22 de Julio de 1969), base de la política que han venido desarrollando, con mayor o menor saña, los diferentes gobiernos españoles, desde el de Adolfo Suárez hasta el de José Luís Rodríguez Zapatero.
El 90% de esos profesionales ofrecen a las nuevas y más veteranas generaciones, una visión heroica del jefe del estado, ante lo que pareció una rebelión militar en la línea más zarzuelera, que hoy se nos pretende entregar hoy como un hito, en el que el Borbón reinante mostró al mundo su verdadero rostro: un demócrata de la planta de los pies al cabello ensortijado. Ejem…
Los acontecimientos acaecidos tras el Tejerazo, demostraron no obstante que los terroristas del régimen, que habían campado alegremente en los predios de Fraga, Martín Villa, Rodríguez Sahagún y Rosón, mantuvieron el mismo poder bajo el mando del delincuente Barrionuevo y sucesores. Interior era (y no hay datos que demuestren lo contrario en la actualidad) un cubículo donde la extrema derecha hacía y deshacía a su antojo, manejando millones de pesetas (euros hoy), procedentes de los célebres Fondos Reservados, cuya utilización no se analiza, discute o revela en el Parlamento, siquiera en sesiones cerradas.
Pero lo intolerable para la prensa del corazón no se refiere a tales asuntos. Para los medios oficiales fue que el monarca tuviera que tragarse, casi al completo, el hermoso himno vasco Eusko Gudariak.
En efecto, el 4 de febrero de 1981, el sucesor de Franco se encontraba de visita en Euskal Herria. El escenario no era otro que la Casa de Juntas de Gernika, precisamente la villa que masacró a bombazo limpio la aviación hitleriana, por órdenes del padrino espiritual del rey, donde este comenzó a pronunciar un discurso ante los parlamentarios de la CAV (Comunidad Autónoma Vasca). Con las primeras palabras, los representantes de HB y LAIA se pusieron en pie, puño el alto, y comenzaron a entonar aquel cántico, siendo desalojados sin contemplaciones por Los Hombres de Berrozi, (la Ertzaintza todavía no creada), a quienes prestó ayuda un servicio de orden formado por militantes del PNV (mesnada dudosamente legal), que supieron velar en todo momento por la seguridad del Borbón durante el acto oficial*.
La monarquía no podía consentir que, ante las mismas cámaras de la RTVE, se produjera tal demostración de independentismo y dignidad, por parte de los representantes de una buena parte de la sociedad vasca, que sin duda lamentaba las acciones de ETA, pero se negaba a condenarlas, hasta que se dieran las condiciones imprescindibles para asegurar que España se constituía en un país de derecho, cosa que aún no se ha demostrado fehacientemente.*
Aquella muestra fue la gota que colmó el vaso. El Jefe del Estado y su equipo de asesores y expertos en dramaturgia, diseñaron cuidadosamente, en solo dos semanas, el esperpento más fantástico del teatro español de los últimos años.*
Sin embargo, en libros de texto, en miles de ejemplares de diarios y revistas, se afirma que el rey detuvo el intento de golpe de estado. Los milagros de Fátima y Lourdes también disfrutan de millones de fieles, de creyentes cuya mística supera a la los mismos Santa Teresa de Jesús y su amante Juan de La Cruz, por cierto también santificado. Hay incluso quien cree en la beatitud de San Simeón el Estilita o el atractivo de las danzas de San Pascual Bailón, entre zarzas y ortigales.
Con un rey gastado físicamente, no por la edad (ahí tenemos a Santiago Carrillo, lúcido y sereno a sus 96 años), sino por su tendencia a pasear frecuentemente por la alegría de la huerta, cuyo bagaje cultural se resume en el Playboy y un libro de Monseñor Escrivá de Balaguer; con un príncipe anhelando jurar la Constitución como heredero borbónico, con idéntica convicción como animó a su padre a hacer lo propio con los Principios Fundamentales del Movimiento Franquista; con unas infantas que nunca serán reinas (para la Corona, son simplemente mujeres), la monarquía precisa, más que nunca, de un decidido apoyo mediático.
La campaña que dio comienzo hace 34 años, aceleró de improviso en Mayo de 2010, cuando se le extirpó al monarca un tumor pulmonar, llegando al clímax en estos días de recordatorio, con un titular de El Mundo, más propio de un espacio donde Belén Esteban fuera protagonista, que un periódico que blasona todavía de profesionalidad, rigor y seriedad. Decía así: Bahrein reprime a manifestantes que quieren un rey como Juan Carlos.
Hoy, 20 de febrero, El País riza el rizo; convencer a quienes aún dudan de la participación del monarca en la intentona del 23-F, luciendo en su portada: El Rey me puso en alerta: ¡Cuidado con Armada¡, palabras que supuestamente pronunció el Borbón ante Francisco Laína (el presidente provisional más breve de la historia española), que en el mejor estilo Cuéntame, añade que El Rey lloró al oír las escuchas sobre su ex tutor. Snif…
Resulta curioso que Arturo Pérez Reverte, que definió a Miguel Ángel Moratinos como un mierda (sic), cuando el ex ministro de Exteriores derramó una furtiva lágrima al ser sustituido en el cargo por una miembra de la Trilateral, estudiante de sevillanas (aunque malagueña), no haya aplicado el mismo epíteto al rey, que lloró (no lo dudo), aunque no sepamos a ciencia cierta si fue de pena o alegría. Quien no solloza, sino más bien sonríen, o carcajean, son los millones de personas que dudan de la honestidad real, con toda la razón, en aquellas tensas horas, cuando Alfonso Guerra y Felipe González conocieron de cerca, a solo milímetros de su nariz, el aroma y textura de la moqueta del hemiciclo.
Sin embargo, la prensa del corazón tienen sus propios recursos a la hora de la manipulación; posee medios en los que no se ha concedido siquiera diez líneas a libros como el escrito por el coronel Amadeo Martínez Inglés, titulado El golpe que nunca existió (Editorial Foca), aunque la denuncia que plantea el jefe militar, en el caso de que resultara cierta, no serviría para juzgar al monarca. La Constitución, gestada tras en 1978, según sus artículos 56 y 64 de la Constitución española de 1978, la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad penal. Idéntica suerte ha corrido nuestro colega Iñaki Errazkin (Hasta la Coronilla (Historia de los Borbones, Editorial Txalaparta), o el titulado La CIA en España, imprescindible obra de Alfredo Grimaldos para conocer el desarrollo controlado de la transición hacia el neo franquismo.
En pleno siglo XXI, pocos medios denuncian en escandaloso hecho de que la democracia que padece el pueblo español, permita que el Jefe del Estado robe, estafe, evada capitales, conspire, asesine o viole, sin que a pesar de las pruebas que hubiere, sea factible enchironarle, aunque sí constatar que sabe aplicar la máxima: Todo está atado, y bien atado. Una lección de libertad, igualdad y fraternidad que arranca lágrimas de emoción y suspiros de España.
Al Hola, Diez Minutos, Interviú, y demás publicaciones al servicio de su majestad Juan Carlos de Borbón & Family, le han salido dos competidores de enorme bajura profesional, aunque de innegable poder de distribución: El Mundo de Pedro Jota y El País de Cebrián. ¿Seguirá el Público de Roures el mismo camino hacia la gloria?
No se pierda los próximos capítulos de la telenovela El Rey que nunca dio golpe.
Notas.-
1.- En los medios de difusión habituales, se ocultó el dato de que el referéndum sobre la Carta Magna de 1978, fue ampliamente rechazado en aquella nación. Conviene recordar al respecto que aquel 6 de diciembre de 1978, en los territorios que después pasarían a formar la Comunidad Autónoma de Euskadi, sólo consiguió reunir 479.205 votos a favor (30% de un total de 1.552.737 ciudadanos con derecho a voto), lo que representa un poco más del 30% del censo. El otro 70% se abstuvo o se manifestó en contra.
2.- En materia de derechos políticos y humanos, la monarquía ha sido llamada al orden por Naciones Unidas en varias ocasiones. La más reciente fue La ley de extranjería 8/2.000 que supone: La negación del derecho de asociación, de sindicación y de huelga a los extranjeros sin permiso de residencia. Viola el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU y los convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo, suscritos por España, que garantizan la libertad sindical y la protección del derecho a sindicarse. La negación del derecho de reunión y manifestación viola la Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo 20) y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, incorporados en la Constitución Española en su artículo 96. Esa ley elimina el dispositivo de garantías jurídicas (tutela judicial efectiva, recurso contra los actos administrativos y asistencia jurídica gratuita). En 2008, el informe que hizo público ayer el Comité de Derechos Humanos de la ONU censura las salvaguardas de los derechos civiles y políticos en el Estado español. Los expertos de Ginebra recomiendan al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, entre otros aspectos, que derogue «definitivamente» el régimen de incomunicación, y muestra su preocupación por el alcance «potencialmente excesivo de las definiciones de terrorismo en el derecho interno», así como por la pervivencia de las denuncias de torturas y la aplicación excesiva de la prisión preventiva a los detenidos.
3.- Existen documentos aún guardados en secreto, cuyo contenido ha servido a diversos autores y periodistas, para plantear serias dudas acerca de la connivencia del monarca en la gestación de la asonada.
Blog de Carlos Tena
http://www.lamonarquia.es/

domingo, 19 de febrero de 2012

Los 10.000 liberados sindicales le cuestan al país 500 millones

MADRID– La cifra de liberados sindicales en España es un misterio sin resolver que se hereda de un Gobierno a otro. Los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, guardan sus números bajo secreto y en la Administración del Estado se desconoce a las claras la cifra. Algunos reciben puestos en consejos de empresas públicas o cargos en el exterior, en los que no ejercen sus funciones de representación sindical, con sueldos desorbitados. Otros, «como pago a los servicios prestados», según admiten a LA RAZÓN fuentes sindicales, pasan a la «primera división» de la representación con la etiqueta de liberados «institucionales».
Sorprendentemente, el único atisbo de luz lo facilita la CEOE, con un informe en el que cifraba en 290.828 los delegados de personal o representantes de los trabajadores en empresas –cuyas nóminas controlan los empresarios–, a los que habría que añadir 42.944 delegados de la Administración. Entre todos dedican 60 millones de horas a la actividad sindical. De estos 333.772 delegados, la patronal estima que 4.127 están liberados en el sector privado y otros 609, en el público.
Los datos de delegados facilitados por los sindicatos mayoritarios, que disponen de la práctica totalidad de liberados «institucionales» de España, no difieren demasiado de los de la patronal, unos 340.000 representantes, si se suman el sector privado y el público. De ellos, algo menos de 130.000 son de CC OO, 125.000 de UGT y otros 80.000 del resto de centrales. La ratio es de un delegado por cada 33 trabajadores. Es sobre la figura del liberado donde las cifras bailan y comienzan los recelos.
Todos los delegados laborales tienen derecho a horas mensuales (generalmente, entre 15 y 20 horas al mes) en las que se les libera de su actividad laboral ordinaria para ejercer las actividades contempladas por la Constitución y la Ley Orgánica de Libertad Sindical. Estas horas son acumulables y transferibles, de tal manera que los miembros de un comité de empresa pueden legar todas sus horas para que uno de ellos quede liberado y se dedique en exclusiva a ejercer actividades sindicales.
La paz social y los institucionales
«El problema no son estos liberados, que surgen del acuerdo de los trabajadores y la empresa, sino los “institucionales”. Una figura fruto de los acuerdos de los dos principales sindicatos con las administraciones, que los “liberan” para contentarlos y lograr la paz social. Durante la época de bonanza se ha estado engordando su número sin límite», explica José Luis Fernández Santillana, secretario de Relaciones Institucionales de USO, la tercera central del país, que cuenta con 350 liberados, ninguno «institucional».
Fernández dice que es «imposible» determinar cuántos liberados hay. «Han hecho lo que han querido, no hay transparencia. Los “institucionales” están porque te los encuentras. Podemos saber cuántos liberados hay fruto de la cesión de horas de sus compañeros, pero los otros viven en otro mundo».
La opacidad es absoluta, pero fuentes de las centrales estiman que hay 8.000 liberados «institucionales», la inmensa mayoría de ellos, repartidos casi por igual entre los dos sindicatos con mayor representación. CSI-CSIF, la central con más fuerza en la Administración Pública, dispondría de cerca de 2.000 liberados, con lo que la cifra total, de acuerdo con las fuentes consultadas, podría duplicar la facilitada por la CEOE y sobrepasar los 10.000. Los datos que ofrece la Comunidad de Madrid hablan de 2.000 liberados sólo en esta región, donde se encuentra el 13% de los delegados sindicales de España.
La patronal estima que el coste anual salarial de los 4.127 sindicalistas liberados en el sector privado asciende a 250 millones de euros (con un coste laboral medio de unos 50.000 euros anuales). De extrapolar estas cifras al número real de liberados que las propias centrales reconocen extraoficialmente, el coste podría llegar a los 500 millones. Eso, sin contar los contratos de alta dirección con los que algunos sindicalistas han sido recompensados en años precedentes.
UGT y CC OO se reparten el 80% de los delegados exentos de trabajar
http://www.larazon.es/noticia/3246-los-10-000-liberados-sindicales-le-cuestan-al-pais-500-millones
http://puertoreal.cnt.es/es/denuncias/1603-los-10000-liberados-sindicales-le-cuestan-al-pais-500-millones.html

miércoles, 15 de febrero de 2012

La reforma laboral de Rajoy, otro brutal ataque contra los derechos de los trabajadores

Abarata el despido, crea nuevas modalidades de contratos basura y da más facilidades para el descuelgue de los Convenios por parte de las empresas, ofrece facilidades para realizar despidos colectivos y EREs, propone medidas de presión para que los trabajadores enfermos no se den de baja y crea más bonificaciones para los empresarios, además promueve nuevas normas para facilitar el despido del personal laboral del sector público.
Tras el Decretazo del 30 de Diciembre de 2011 en el que se aprobó un drástico recorte del gasto público, la subida del IRPF, la congelación del empleo público… y el posterior y bochornoso Acuerdo de CCOO, UGT y la CEOE de 25 de enero de 2012, que estableció que durante los próximos años los trabajadores continuaremos perdiendo poder adquisitivo y que los empresarios tendrán mucho más poder para cambiar a su antojo las condiciones laborales de los trabajadores, sufrimos ahora esta nueva embestida del Gobierno contra los derechos de los trabajadores.
Reforma tras reforma, paso a paso, sin prisa pero sin pausa, el gran capital y los títeres que se turnan al frente del Gobierno para defender sus intereses (González, Aznar, Zapatero, Rajoy) prosiguen con sus planes para desmantelar paulatinamente los escasos derechos que aún nos quedan a los trabajadores.
Ya habían anunciado que sería una Reforma agresiva y efectivamente lo es, esta reforma reduce la indemnización por despido de los contratos indefinidos de 45 días por año y 42 mensualidades como máximo a 33 días por año y 24 mensualidades, amplía las causas del despido objetivo con indemnización de 20 días por año, -las empresas podrán acogerse a esta modalidad simplemente alegando que llevan tres trimestres consecutivos en situación negativa-. Se establece para las empresas de menos de 50 trabajadores una nueva modalidad de contrato indefinido que tiene un periodo de prueba de un año (durante el periodo de prueba el empresario te puede despedir sin ninguna indemnización y sin tener la necesidad de alegar ninguna causa), desregulariza el contrato a tiempo parcial (permitirán que los trabajadores a tiempo parcial puedan dar horas extras), equiparan a los buitres de las ETTs con los servicios públicos de Empleo, se da mayor poder a los empresarios para modificar las condiciones laborales, podrán cambiar la jornada laboral y aplicar la movilidad funcional, incluso entre distintas categorías profesionales, facilita que los empresarios puedan descolgarse de lo acordado en los convenios colectivos, la prórroga automática de los convenios tendrá una duración máxima de dos años, se facilitan los despidos colectivos, las empresas ya no tendrán que tener autorización de la Administración para realizar EREs, los trabajadores en paro que cobren prestaciones tendrán que realizar trabajos en beneficio de la comunidad, las mutuas patronales tendrán más poder para controlar y presionar a los trabajadores que se den de baja, se modifica el sistema de formación para el empleo, se establecen nuevas bonificaciones a la contratación para los empresarios; y como única contrapartida a toda esta batería de medidas contra los trabajadores, se prohibirá el encadenamiento indefinido de contratos temporales que recientemente había aprobado el gobierno de Zapatero.
En definitiva, es una reforma que amplía y profundiza las mismas medidas fracasadas que venía aplicando el gobierno de Zapatero. Es un insulto a la inteligencia pretender que nos creamos que abaratar y facilitar el despido puede crear empleo, o que para frenar la sangría del Paro lo mejor es "redimensionar el sector público" despidiendo a miles de trabajadores laborales, o que la mejor apuesta por la calidad del empleo y la modernización de la negociación colectiva sea retroceder al modelo de relaciones laborales del siglo XIX.
Esta reforma no sólo no ayudará a crear empleo sino que producirá más paro, más precariedad laboral, peores salarios, y un salvaje deterioro de las condiciones laborales.
Es una reforma injusta, inmoral e ilegítima que ataca frontalmente los más elementales derechos de los trabajadores, por tanto, desde CNT llamamos a todos los trabajadores a la rebelión y la lucha contra esta nueva agresión.
Secretaría de Prensa y Comunicación de CNT-AIT
http://malaga.cnt.es/spip.php?article633

sábado, 11 de febrero de 2012

la carretera de la muerte

El domingo 7 de febrero de 1937, las fuerzas republicanas dan la orden de evacuar la ciudad de Málaga.
Aunque las investigaciones nos confirman que ya el día 6 hay personas detenidas, aunque oficialmente las tropas fascistas no entraran hasta el día 8.
Es entonces cuando miles de personas huyeron de la ciudad antes la inminente llegada de las tropas franquistas. Muchos esperaron hasta el día siguiente para partir, pensando que la resistencia aún era posible.
Finalmente cerca de 200.000 personas huyeron por miedo a la ofensiva lanzada por el general Queipo de Llano. Los malagueños provenientes de diferentes puntos de la provincia comenzaron así su terrible odisea de hambre, terror, desaparecidos, muertes...
La “carretera de la muerte” fue testigo de la crueldad infinita del, mal llamado, ejercito nacional. Algunos huían en sus coches, otros en tren, pero por la escasez de gasolina, muchos huyeron a pie, cargando con comida, ropas y demás utensilios, utensilios de los que después se tendrían que desprender para intentar sobrevivir.
A la vez que intentaban la huida en terribles condiciones, eran bombardeados por tierra, mar, y aire, eran masacrados de forma indiscriminada hombres, mujeres y niños, esos niños que perdieron su infancia en esa “carretera de la muerte”.
La carretera estaba formada por una alfombra humana de varios kilómetros , alfombra que se iba mermando a medida que tropas, aviones o barcos bombardeaban y asediaban a las miles de personas que trataban de huir de la muerte, todo ello, bajo la mirada pasiva de la Comunidad Internacional y su política de no intervención, que permitió esa masacre. La cifras de que pudieron perder la vida en esta carretera en torno a 15.000 personas.
Día tras día iban perdiendo la vida cientos de personas, otras quedaban mal heridas, sin socorro alguno, aliviados solo por personas como Norman Bethume y su unidad móvil de transfusión de sangre que salvaron muchas vidas. Ya que la gente al verlos pasar les cerraban las puertas por miedo a quedarse sin nada y a las posibles represalias.
Es tal la crueldad de las “tropas nacionales” que por primera vez se ensaya lo que se conoce como carrusel, una técnica de bombardeo aéreo, en la que 9 aviones bombardean uno tras otro el mismo punto , y así sucesivamente para desmembrar la huida y aniquilar todo lo que se ponga en su camino.
Una vez la caravana humana llega a Motril, se ve asaltada por las tropas franquistas, y mientras la mitad de ella sigue por la carretera de la costa hacía Almería, la otra mitad deshace el camino ya andado, volviendo a Málaga para ser, sin saberlo, vilmente asesinados.
Finalmente los que alcanzaron su destino, lo hicieron dejando atrás compañeros y familiares en el camino, entre muertos, extraviados, y desaparecidos.
La gente que sufrió y vivió ese drama no solamente de agonizar, de morirse de hambre, de ver sus padres e hijos morir, a los que quedaban ensangrentados en la carretera y a la gente sin enterrar, después de ese dolor, solo recibieron la ofensa del silencio, la ofensa de un silencio que se mantiene así durante mucho tiempo.

viernes, 10 de febrero de 2012

El primer español que murió en Mauthausen, fue un malagueño de Fuengirola (Málaga)

Nunca un viaje tan breve y a lugares tan cercanos (apenas unos kilómetros tras la frontera francesa) me había despertado tantas historias sobre el exilio. Al tirar de hilo, una me ha ido llevando a la otra. Con este cuarto artículo, acabo la serie relacionada con el exilio republicano. La estremecedora (y para muchos desconocida) historia de los miles de exiliados republicanos españoles que murieron en los campos de exterminio nazi.
En agosto de 1.940 algunos de republicanos españoles habían vivido ya un cúmulo de desgracias: habían perdido una guerra civil, huido de una dictadura que los perseguía en su país, cruzado una frontera con grandes penalidades, habían sido internados en recintos por sus vecinos franceses, obligados a enrolarse en otro ejército para combatir de nuevo al fascismo, habían visto morir a muchos de sus compañeros y como sus aliados les habían abandonado en el frente de batalla otra vez. Pero aún tendrían que vivir lo peor.
El avance del ejército nazi capturó a unos trece mil soldados españoles que combatían bajo bandera francesa. Muchos de los cuales habían sido abandonados por los británicos en su huida de Dunkerque. Inicialmente, al vestir el uniforme del ejército francés, habían sido trasladados a los mismos lugares de detención que nuestros vecinos, los llamados Stalags, que estaban en territorio alemán y donde, en teoría, se cumplían los principios humanitarios de la Convención de Ginebra. Cuando se estableció el primer convenio sobre prisioneros entre Francia y Alemania, el ejército galo no quiso reconocerlos como miembros de sus fuerzas regulares por ser extranjeros. El gobierno alemán se puso en contacto entonces con la dictadura franquista y ésta tampoco quiso saber nada de sus compatriotas. Serrano Suñer, cuñado de Franco, falangista y ministro de Asuntos Exteriores se limitó a decir “Esos no son españoles. Hagan con ellos lo que quieran”. Existe incluso la sospecha de que en su primera visita a Alemania hubiera pactado sus deportaciones y que, en el posterior encuentro que se produjo en Hendaya entre Hitler y Franco, se confirmara ese acuerdo.
El 5 de Septiembre de 1.940 se ordenó que los “rotspainer” o rojos españoles fueran internados en los campos concentración de categoría 3, adonde iban los detenidos considerados irrecuperables, con el objetivo de ser exterminados a través del trabajo. En ese momento sólo Mauthausen tenía esa categoría. Más tarde y a partir de las experiencias previas, se crearían otros como Auschwitz, pensados para “la solución final” que pretendía el exterminio del pueblo judío. En 1.940 aún no se había desencadenado en toda su intensidad el antisemitismo nazi y, hasta ese momento, el centro de internamiento de Mauthausen, que existía desde dos años antes, había estado ocupado mayoritariamente por presos políticos alemanes y austríacos.
La locura había empezado el 6 de agosto de 1.940 cuando salió el primer contigente con españoles hacia Mauthausen. Apenas dos semanas después partió, de la estación de la ciudad francesa de Angulema, el primer tren que llevaba familias enteras hacia los campos de concentración. Fueros las primeras deportaciones hacia la muerte y los que ocupaban aquellos vagones de carga salidos de Angulema eran 927 hombres, mujeres y niños españoles. Pensaban que su destino era el sur: la Francia no ocupada por los nazis, pero pronto pudieron comprobar, por los nombres de la estaciones que pasaban y que veían a través de las rendijas del vagón, que su destino era Austria. Tras cuatro días de viaje, el tren se detuvo. Casi la mitad de aquella “carga”: 430 personas, todos los hombres y los niños mayores de trece años, fueron obligados a salir de los vagones y a separarse de sus mujeres, madres e hijas sin posibilidad alguna de despedirse ni abrazarse a ellas. Casi el 90% de los cuales morirían allí.
Los testimonios de los supervivientes sobre la llegada a Mauthausen durante aquellos meses son espeluznantes: el viejo vagón, en el que viajan, llegando en mitad de la oscuridad de la noche; las luces cegadoras de los potentes reflectores que comienza a colarse por las rendijas; el silencio por el que se inician todos los miedos; las pisadas de las botas sobre la arena, el ladrido de los perros, las puertas que se abren y los gritos y las ordenes en un idioma extranjero e incomprensible. El discurso con el que los recibió el comandante del centro ya les dejaba muy claro su destino: señalando la chimenea, les decía que ésa sería su única salida del recinto. Luego, después de desnudarles y de raparles el pelo, les dieron su uniforme de preso con la estrella azul que identificaba a los apátridas y la S de Spanien (españoles).
Las mujeres que se habían quedado en el convoy pasaron varias horas en una vía muerta, sin saber que les estaba ocurriendo a sus hombres. Luego el tren arrancó y, viajando a gran velocidad durante las noches, iniciaron un periplo que, tras adentrase en Alemania, les llevaría hasta Hendaya. Un día llegaron a estar paradas durante más de ocho horas dentro de un túnel, en la oscuridad más absoluta. La aviación británica estaba bombardeando la zona. Tras dieciocho jornadas de interminable viaje, el tren volvió a detenerse en una vía muerta, junto a la frontera con nuestro país. Un guardavías, que oyó el llanto de una niña, se quedó horrorizado al abrir la puerta de un vagón y ver aquella “mercancía”. Aquellas mujeres y niñas fueron luego recibidas en las estaciones de trenes en la España franquista al grito de “rojos” y “asesinos”. Era la bienvenida que les daba la dictadura después de aquel viaje hacia la locura.
A los 430 hombres que se habían quedado en Mauthausen el destino les reservaba unas condiciones aún peores. Fueron los primeros españoles en llegar, posteriormente hasta un total de 7.300 compatriotas fueron registrados allí, donde fueron deportadas, a lo largo del tiempo que duró aquel régimen de horror, cerca de 200.000 personas. Los que tenían más de 40 años eran considerados viejos. Los que sufrían alguna minusvalía eran suprimidos de inmediato. En el aire flotaba el olor a carne humana quemada. Los que no pudieron resistirlo se suicidaban arrojándose a las electrificadas alambradas. Los que iban sobreviviendo eran exterminados a través del trabajo, extrayendo bloques de granito de una cantera situada en el recinto, a pocos kilómetros del Danubio. Allí debieron construir la llamada “escalera de la muerte”, por la que debían subir descalzos, a lo largo de sus 186 peldaños, con su pesada carga a la espalda. En lo alto, se encontraba un lugar, que los SS alemanes llamaban con ironía “el salto del paracaidista”, un caída libre de ochenta metros, por el que despeñaban a los presos por pura diversión.
El primer español que murió, el 26 de agosto, fue un malagueño de Fuengirola: José Marfil. En su honor, sus compañeros republicanos consiguieron guardar un minuto de silencio y hacerle un funeral con honores militares. Es el único acto de esa naturaleza conocido. Los sorprendidos guardias no volvieron a permitir nada parecido. Casi 120.000 personas (entre los cuales se encontraban unas 5.000 nacidas en España) murieron en Mauthausen, que disponía de una cámara de gas capaz de asesinar a 120 personas de forma simultánea.
A pesar de las extremas condiciones de vida, los “rojos” de Mauthausen son recordados por su esperanza en la derrota del nazismo, incluso en los primeros momentos, los más duros de la guerra, en los que los alemanes parecían invencibles, marchando por toda Europa. Cuando los nuestros alcanzaban el escalón 186, susurraban “otra victoria” y así, los que iban sobreviviendo, veteranos en la lucha contra la muerte, trataban de ayudar a los nuevos presos que iban llegando. Éstos, provenientes de la resistencia francesa o del frente de ruso, paulatinamente iban trayendo noticias del avance aliado. Un avance que hizo que trajeran más deportados de otros centros, conforme la línea del frente se iba acercando. Los últimos meses, con la sobresaturación ocasionada por los prisioneros llegados, las condiciones de vida se hicieron aún más duras. Los miembros más jóvenes del convoy de los 927 formaban parte del comando de los “Poschacer”, que salvaron los clichés y las fotografías del catalán Francesc Boix. Estos documentos fueron luego considerados unas pruebas fundamentales en el Tribunal de Nuremberg, que condenó a los principales jerarcas nazis. El día 5 de mayo de 1.945, tres días antes de la caída del régimen nazi, las tropas estadounidenses liberaban Mauthausen. Los españoles habían sustituido las banderas alemanas por otras republicanas y en la puerta de entrada había colocado una gran pancarta donde podía leerse: "los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras".
Tras la caída del nazismo, Franco quiso dejar patente un distanciamiento con Serrano Suñer, que había sido el principal promotor de la unidad de acción con los alemanes. El dictador temía que los aliados acabaran también con su régimen fascista y le interesaba alejarse de su cuñado, como primer paso para intentar un acercamiento a los EEUU. Años más tarde el franquismo, y Serrano Suñer en particular, trataron de hacerle creer al mundo que no había sabido nada de lo que habían hecho con sus compatriotas en los campos exterminio. Afortunadamente los documentos pueden desmentirlo. Entre agosto y octubre de 1.940, cuando los primeros exiliados de nuestro país estaban siendo deportados, la embajada alemana en Madrid remitió cuatro cartas al régimen franquista, preguntando qué hacer con ellos. Ninguna fue contestada. Meses más tarde hubo una quinta carta que tampoco recibió respuesta. Una año más tarde, si que recibieron contestación: el comentario era “Archívese”.
Fue después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los republicanos sufrieron la última derrota, las más dura. Según la califican los supervivientes fue incluso más terrible que su supervivencia en los centros de exterminio. Tras la derrota del fascismo en Europa, los estadounidenses empezaron a considerar que Franco podría convertirse en un socio frente a la que consideraban su nueva amenaza: el comunismo. Tras sobrevivir a dos guerras y a las duras condiciones de los campos de trabajo franceses y de los campos nazis de la muerte, los españoles, que habían dado sus vidas luchando por la libertad, volvieron por enésima vez a ser abandonados por sus vecinos de otros países.
Durante décadas, muchos detalles de sus historias fueron silenciados, olvidados. Incluso con la llegada de la democracia, los medios de comunicación y los estudios universitarios de nuestro país siguieron sin interesarse por ellos. En España hemos visto películas y series de televisión que nos han espantado sobre el trato que dio el fascismo europeo a sus víctimas. Todos recordamos imágenes de los uniformes nazis y de los campos de concentración, pero no todos saben que algunos de los hombres, mujeres y niños que sufrieron aquel espanto eran compatriotas nuestros y que el franquismo no hizo nada por ellos.
TV3 produjo hace poco tiempo un documental titulado El convoy de los 927. Relata la historia de los primeros republicanos deportados a Mauthausen. Debido a su contenido, calidad e interés, es el documental que más han vendido a otras televisiones. TVE lo emitió dentro de su programa Documentos TV. Yo no sabía de sus existencia hasta hace pocos días. No vi su emisión en ninguna de las dos cadenas. Las televisiones dedican sus horas más importantes y sus promociones a los programan que nos atontan, en lugar de aquellos que nos despiertan la memoria. Creo que debería ser obligatorio que nuestros estudiantes vieran en los institutos documentales como éste. Es duro y triste. Podéis seguir perdiendo el tiempo con telebasura, pero también podéis dedicar una hora a conocer más sobre esta historia estremecedora.
http://www.youtube.com/watch?v=rbJL2otQNw4&feature=related
Los neonazis niegan la existencia de los campos de exterminio. A la mayoría eso nos indigna. Los neofacistas españoles, muchos de los cuales se disfrazan integrados en las filas de partidos democráticos, niegan la maldad del franquismo. Y eso no indigna a la mayoría. Cada vez que aparecen publicados artículos que destapan esas vergüenzas, en las ediciones digitales de los periódicos, aparecen comentarios de esos fascistas tratando de imponer su versión mentirosa, insultando a nuestra memoria y nuestra inteligencia. Pero esa verdad incomoda existe, no podemos, ni debemos ignorarla. Los documentos la guardan. En el siguiente link están los nombres de todos los españoles registrados en Mauthausen. Lamentablemente nadie hará ninguna película con la historia de esta lista.
http://www.ceibm.org/alexca02200.html
Fuente: http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com/2010/08/si-eran-espanoles-y-murieron-en.html

lunes, 6 de febrero de 2012

José Luis García Rúa: 'El pueblo debe echarse a la calle sin medias tintas'

Histórico sindicalista y filósofo anarquista. José Luis García Rúa. Para gran parte del sindicalismo asturiano su nombre equivale a inspiración y a ejemplo de lucha. Rondando los 90 años, García Rúa mantiene su verbo fluído y ese aire de asceta místico que ha encontrado una luz propia con la que iluminar su realidad. García Rúa recibe a LA VOZ DE ASTURIAS en su casa de Gijón, espartana y transitoria. Por unos días, el histórico sindicalista de la CNT, pensador y filósofo, regresa al frío de su ciudad desde ese sur casi mítico, desde Granada, donde reside. Hoy, a las 20 horas en el Antiguo Instituto, ofrecerá una conferencia sobre el movimiento 15-M dentro de las actividades del aula cultural que lleva su nombre.
¿Ha arrojado luz el 15-M al movimiento obrero? ¿Le ha sorprendido este levantamiento de los más jóvenes?
En realidad, este levantamiento de los jóvenes llevo esperándolo mucho tiempo. Siempre confié mucho en la juventud, un sector especialmente maltratado en la llamada “transición” que, en realidad, fue un enmascaramiento democrático. Desde entonces, la juventud es un objeto destinado al amaestramiento, a un vaciamiento mental que va dirigido exclusivamente a un hedonismo virtual, como eso que llaman el botellón.
¿Cree que ha servido de algo o ve singnos de desmoronamiento?
Yo creo que no se desmorona pero cuidado, porque el poder tiene demasiados instrumentos de desviación y es capaz de hacer caminar el movimiento hacia la nada. La voluntad de convertirse en poder para transformar el sistema desde dentro es engañoso, porque el Estado absorbe todo y todo lo transforma.
Le mento una cifra: 5,3 millones.
La izquierda tiene mucha culpa de eso, porque ha perdido el sentido original de la palabra. Se ha entregado al post-franquismo y ha aceptado una situación desde los motivos fundamentales del franquismo, al que nuestra derecha actual aún no ha condenado. De ahí que srujan casos como el de Garzón...
¿No le parece esquizofrénico que Garzón esté sentado en el banquillo?
No, esquizofrénico no, sino fruto de la situación política española, que es consecuencia de los errores que cometimos los que luchábamos por la democracia y permitimos que se instaurara una democracia falsa, que enmascara los problemas. En los Pactos de La Moncloa ya se vió lo qué iba a ser de España en el futuro. El movimiento obrero intentó colarse dentro del poder, lo que es un gran error. Eso, en cierta manera, es la herencia del gran error de Marx, que fue buscar la revolución burguesa considerando al estado como una gran institución unificadora. Esos errores se pagan.
De sus palabras se infiere que el objetivo de la clase trabajadora no puede ser llegar al poder...
Eso nunca. El poder es el Leviatán, el monstruo pagano. El poder es, en sí mismo, conservador. Se entra en él con la intención de cambiarlo y lo único que se hace es fortalecerlo. Aquello que se llamó “contrato social” en la Revolución Francesa no fue más que una ilusión. “Libertad, igualdad, fraternidad”: se ha quedado en nada. Aquello se pervirtió y ahora el estado es mucho más poderoso, porque ya ha llegado al interior de las personas, que han interiorizado una manera de hacer las cosas que emana directamente del poder. Volviendo al 15-M, lo peligroso es que se adhiera a estos cantos de sirena que le llegan de los partidos políticos y del Estado en sí. Si se limita a pedir más participación ciudadana y que se cambie la Ley electoral, entonces el movimiento será baldío.
¿Cuál debe ser, pues, su objetivo?
Combatir las estructuras de poder establecidas y olvidarse de institucionalizaciones, porque sabemos adónde nos llevaría eso. Hay que buscar un autogobierno, enfrentarse a la sociedad y al Estado y conseguir que la sociedad se auto-organice.
Hablemos de Asturias, ¿qué le parece que Cascos haya convocado elecciones anticipadas?
Algo he oído de eso, pero la verdad es que estoy totalmente apartado de la política. Ahora, lo que me parece es que Cascos se está preguntando a sí mismo: «¿por qué habré ganado las elecciones?». Y es que la política es un error como finalidad y como método, da igual que gane el PP que el PSOE que Cascos. Todos harán lo mismo.
El PP ha empezado fuerte...
Se critica al PP, que lleva un mes en el gobierno, por los recortes que anuncia, pero el PSOE estuvo cuatro años haciendo lo mismo. Hay que oponerse al capitalismo desde la base y no ser colaborador. De lo que dice Rajoy veo una disculpa, del tipo «siento mucho estos recortes, pero es que las leyes económicas son insaciables, no tienen otra manera de expresarse». Parece querer decir que hay que aceptar esta realidad y estos recortes, y los consagra como único método para alcanzar el enriquecimiento futuro. Así es como se ha deshecho el mundo. Estoy convencido de que la autogestión de la producción se puede realizar sin estas complicaciones. Todo se ha vuelto muy complicado, las leyes son abigarradas.
¿Qué propone?
En estos momentos hay que proceder como con el famoso nudo gordiano, que no podía deshacerse: hay que sacar el cuchillo y pegarle un tajo para deshacerlo. No hay medias tintas. El pueblo ha de echarse a la calle, pero con luz, permitiendo que el pensamiento permita el movimiento. Ahora que las ideologías se desmoronan, es el momento de crear un movimiento autogestionado y consciente.
Hablemos de una de sus pasiones: la enseñanza. ¿Cómo ve la eliminación de la asignatura de Educación por la Ciudadanía?
Lo que hay que pedir es que tengamos la misma libertad de buscar una educación que no sea la que el Estado nos proporcione. El Estado lo tiene todo en su mano: los colegios, los institutos, la Universidad... Lleva la educación a su terreno y consigue que los chavales se desencanten. El poder cree que Educación por la Ciudadanía forma en democracia cuando la democracia, tal como la tenemos, es indefendible.
¿Tan mal lo ve?
Si dentro de la crisis hay gente que se enriquece, si en España hemos alcanzado los 5 millones de parados y los 8 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, ¿de qué democracia me hablan? ¿de que hostias me hablan? Hay que romper con esto de una cochina vez, pero conscientes, midiendo los pasos. Hay un dato significativo: durante la Guerra Civil, la productividad en España creció el 60% ¿por qué? porque era el pueblo por sí mismo el que producía. Cuentan que Romanones, cuando salió de la cárcel y volvió a su pueblo, no conocía sus tierras de lo cuidadas que estaban. Se interesó por quién había trabajado las tierras y los vecinos le dijeron que había sido el pueblo en régimen de cooperativa. Romanones le dijo al que llevaba el asunto: «quiero que seas mi capataz», y el otro le respondió: «Yo no soy capataz de nadie». Ese es el espíritu. El obrero es el que sabe trabajar y hay que volver a esa conciencia.
Regresando a la enseñanza, usted se convirtió en un revolucinario con su proyecto de escuela obrera de la calle Cura Sama, hasta que terminaron con ella...
No, a mí no me doblegaron. Ahora soy más radical que de aquella.
Pero, ¿por qué molestaba?
Primero, porque era gratuíta. Después, porque no había diferencias entre alumnos y profesores. Había auténtica fraternidad. Yo no enseñaba ecuaciones, sino una educación para la vida y ese es el gran problema, porque un educación así molesta a cualquier poder establecido, más a una dictadura. El poder no es tonto y sabe qué se puede y qué no se puede enseñar. Tiene especialistas en el dominio psicológico de las pesonas. Hombres de acción. Me acuerdo de Ramos, el jefe de la Policía Política de Asturias, que me metió varias veces en la cárcel. Me dijo un día: “Rúa, eres un pordiosero social”, y, en fin, tenía razón. No paró hasta que terminó con el proyecto de escuela que tenía en Cura Sama.
Usted es considerado una inspiración para el sindicalismo asturiano, pero su esencia es radicalmente distinta...
Mi gran objetivo fue aunar a todos los antifranquistas, sin distingos, en una plataforma que se llamaba Comuna Revolucionaria de Acción Socialista (CRAS) pero, al ver que los comunistas tiraban para un lado, los socialistas para otro y que nadie se ponía de acuerdo, abandoné.
¿No le tentaron para meterse en política?
Claro. El PCA quiso que fuera su secretario general. Yo les dije que no podía porque no era comunista y me contestaron: «eso da igual, hombre» (ríe). Era imposible.
No era comunista porque era anarquista...
No, en un primer momento no. Me hice anarquista con el tiempo, pero al principio era un admirador de Marx. Lo que pasa es que se equivocó gravemente al hacerle caso a Engels, lo que desembocó en el desmantelamiento de la Internacional de Trabajadores y la deriva hacia una fusión con el socialismo. Creían Marx y Engels que el sistema se destruiría a sí mismo sin una intervención de los obreros. Craso error. Porque que un capitalista traicione a un obrero causa furor, pero que un izquierdista traicione a su género causa desencanto. Se pierde toda esperanza. Y eso ha ocurrido en España desde los 70. Ahora no confío para nada en la política, sólo en la voluntad popular, pero clarividente, sin cegarse y sin recurrir a la violencia.
¿Tan mal se han hecho las cosas en este país? Sí, desde que después de la muerte de Franco se sustituye a Arias Navarro por Suárez. ¿Sabe por qué lo hicieron?
Lo hicieron después de un viaje del rey a Estados Unidos. Kissinger le dijo lo que tenía que hacer y ahí se acabó la transición y se diseño una Constitución que es una fábula y que en el artículo octavo justifica la intervención del ejército si un gobierno legalmente establecido trata de variar la estructura territorial de España. ¿Le suena a algo eso? Dadas las circunstancias, ¿cómo cree que saldremos de esta? Confío en que el movimiento juvenil aleccione a la clase obrera, que está desencantada con el sindicalismo y su pasividad, que resulta incomprensible. En mi opinión, los que debían defender los intereses obreros y combatir el capitalismo se han convertido en piezas del gobierno, que es quien los subvenciona. El movimiento juvenil, si es auténtico, si va a lo suyo, terminará contagiando a la clase obrera pero, ojo, sin caer en la violencia, porque eso es un caramelo para el Estado. Porque hay que tener en cuenta que en este país una pequeña parte de la población vive del Estado pero una inmensa mayoría los sufre. Ese debe ser el punto de partida para ponernos a trabajar, a obrar de manera coherente y sin caer en contradicciones. Esa unión auténtica será nuestra fuerza.
http://www.lavozdeasturias.es/culturas/pueblo-echarse-calle-medias-tintas_0_638936175.html
a través de http://kaosenlared.net/component/k2/item/6490-jos%C3%A9-luis-garc%C3%ADa-r%C3%BAa-el-pueblo-debe-echarse-a-la-calle-sin-medias-tintas.html

miércoles, 1 de febrero de 2012

Antonio Vargas Rivas anarcosindicalista de Adra (Almería)

El 31 de enero de 2009 muere en Adra (Almería, Andalucía, España) el anarquista y anarcosindicalista Antonio Vargas Rivas. Había nacido el 25 de octubre de 1917 en Adra (Almería, Andalucía, España), en una familia humildes pescadores. Cuando tenía ocho años abandonó la escuela y empezó a ayudar a su padre al mar. Hacia el 1928 entró de aprendiz de panadero y cuando tenía 16 años llega a oficial. En 1932, gracias a la lectura de publicaciones libertarias, especialmente las obritas de "La Novela Ideal» y «La Novela Libre", y las influencias del libertario Juan Reyes Rodríguez, entró en el movimiento anarquista. En 1933 se adhirió a las recién creadas Juventudes Libertarias y el año siguiente fue detenido, junto con casi la totalidad de los jóvenes afiliados, permaneciendo encarcelado un tiempo. A finales de 1934 participó en la fundación de la Federación Local de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) de Adra. En julio de 1936 intervino en la derrota del levantamiento fascista en Adra, en Almería y otras localidades de la Alpujarra granadina (Válor, Cádiar, etc.) Y formó parte del Comité de Guerra de las milicias de Adra creado en Juviles . En agosto de 1936 se encargó de la colectivización de la pesca a su pueblo y fue nombrado secretario del Comité de la Industria Pesquera. A finales de 1936 asistió al Congreso Anarquista andaluz. En 1937 sustituyó Diego Padilla Suárez en la secretaría de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) de Adra.

Cuando Málaga cayó en poder de los fascista, tuvo problemas con los comunistas comandados por el italiano Luigi Longo ( Comandante Gallo ) que cerraron un tiempo. Después fue nombrado concejal del Consejo Municipal de Adra hasta comienzos de 1938 que fue movilizado como soldado regular de Infantería de Marina en Cartagena. No entró en combate ya que, enfermo, fue hospitalizado (Segorbe, Valencia, Elche, Alicante) y luego enviado a los servicios auxiliares primero y después en Adra, donde se encargó de la industria pesquera y de la secretaría de la FAI, hasta al 19 de marzo de 1939 que tomó un barco pesquero y consiguió llegó a Orán salvándose de la represión franquista. En septiembre de 1939 fue enrolado en una Compañía de Trabajadores Extranjeros (CTE). Ante la caída de Francia en poder nazi y el temor a ser deportado, se alistó en la Legión Extranjera Francesa de la que huyó. Instalado clandestinamente en Orán, vivió diez meses trabajando de todo (paleta, pescador, conductor, etc.) Hasta que fue detenido. Encarcelado dos meses, fue enviado al campo de concentración de Djelfa, donde trabajó de panadero. En noviembre de 1942, a raíz del desembarco aliado, fue liberado por estas tropas y se enroló, con Agustín Roa Ventura, en el Ejército británico, luchando en los frentes hasta el final de la II Guerra Mundial. Al terminar la conflagración se estableció en Londres (Inglaterra), donde trabajó en diversos oficios (en un horno, en un restaurante, en una empresa láctea, etc.). En 1946 participó en la fundación de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL) y de su portavoz inquietudes juveniles . En octubre de 1947 pudo reunirse con su compañera Carmen Valarino Sánchez y con su hija Angelita - la otra hija menor, Orquídea, murió en Adra en 1943, antes de cumplir los siete años - que vinieron de España . A partir de 1950 hizo de camarero en el prestigioso "Restaurante Martínez» donde permaneció hasta su jubilación en 1981. Afiliado en la CNT ortodoxa establecida en Inglaterra, ocupó cargos de responsabilidad orgánica, ocupando diversas secretarías (Propaganda, Organización, Coordinación, etc.). Fue delegado por el Reino Unido, con Acracio Ruiz, Delso de Miguel y Agustín Roa, el Congreso de la CNT de 1960 en Limoges y en este año también fue nombrado secretario de Organización la Asociación de Excombatientes Españoles Republicanos del Ejército Británico de Londres y colaboró en su órgano de expresión Boletín de la Spanish Ex-Servicemen s Association . Entre 1962 y 1964 editó en Londres, con Agustín Roa Ventura, el boletín España Fuera de España. Boletín anarquista de Orientación e información , destinado a los trabajadores inmigrantes españoles y que se distribuía en diferentes países europeos (Reino Unido, Alemania, Suiza, Francia, Holanda, etc.). Entre 1967 y 1969 fue secretario la CNT de Gran Bretaña, dedicando muchos esfuerzos a mantener la lucha clandestina en Adra y en Andalucía. A principios de los años setenta empieza a pasar las vacaciones en Málaga y Benidorm y en 1981, una vez jubilado, se instaló en Adra. El 17 de julio de 1977 hizo un mitin, con otros compañeros, en Dos Hermanas y este mismo año Frank Mintz recogió su testimonio en su libro La autogestión en la España revolucionaria . Durante su vida colaboró en varios periódicos, como CNT , La Crónica , Espoir , inquietudes juveniles , Nervión , El Rebelde , Reconstrucción , La Región , Siembra , Sierras de Ronda , Solidaridad Obrera , etc. En 1988 publicó Testimonio de un rebelde: datos para la historia de Adra , con un prólogo de Antonina Rodrigo, memorias que fueron ampliadas y editadas de nuevo en octubre de 2007, con un prólogo de Francisco Carpintero, bajo el título Guerra , revolución y exilio de un anarcosindicalista. Datos para la historia de Adra .

El ceutí Luis Castillejo, Sindicalista, anarquista y olvidado

El 6 de octubre de 1936, el joven dirigente anarcosindicalista Luis Castillejo Villar, fue fusilado ante los muros de la Fortaleza militar del Monte Hacho. De profesión electricista fue empleado de la empresa de alumbrado. Desde la década de los años veinte, lideraba el movimiento obrero en Ceuta. Tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera, se reorganiza los anarcosindicalista ceutíes siendo el joven Castillejo su principal valedor. Tras la proclamación de la Republica, la Confederación Nacional del Trabajo, retoma un claro protagonismo y se suceden las reuniones, la prensa consultada nos dan cuenta de las múltiples asambleas y proyectos para la clase obrera ceutí en sus amplios locales de la calle Linares.
Consultando las hemerotecas de aquellos años treinta, se nos da cuenta de los numerosos mítines que se celebran tanto en el Salón Apolo como en el Teatro Cervantes y siempre presididos por Luis Castillejo. Fueron muchas las detenciones sufridas por este joven anarcosindicalista, por defender los derechos de los obreros ceutíes. En junio de 1935 organiza y preside el Partido Sindicalista, fundada por Ángel Pestana en abril de 1933. Este partido estaba orientado hacia el anarquismo; pero aceptaba las elecciones y la representación parlamentaria. Luis Castillejo, era partidario de una organización obrera disciplinada, su tesis, cercana al sector moderado de la anarco sindical, era construir un movimiento obrero sólido y responsable a la manera clásica, con un sindicato y un partido político repartiéndose entre ambas organizaciones las tareas y reclamaciones sindicales y políticas. Pretendía evitar así posibles excesos en el movimiento obrero español. La CNT fue escéptica ante el Partido Sindicalista.
La guerra, las cárceles, las ejecuciones y el exilio metieron al anarquismo en un túnel del que ya no volvería a salir. Luis Castillejo fue detenido en las primeras horas, tras el inicio de la sublevación del 17 de julio de 1936. Las autoridades militares elaboraron un macrojuicio con cincuenta implicados, todos ellos ligados de alguna forma a los sindicatos en Ceuta. Escogieron a Castillejo como cabeza del consejo de guerra y todos bajo una misma acusación: "adhesión a la rebelión", se les dividió en cuatro grupos. Un compañero de celda en la Fortaleza del Monte Hacho, escribiría años más tarde sobre el líder cenetista, Luis Castillejo: "Sólo olvidó su situación de condenado a muerte cuando supo que era nuevamente padre. Pero fue un relajamiento momentáneo, pues aquella noche observé que no dormía. Cuando yo intenté hacerlo pasada la una y media, él mismo, me confesó mientras desayunábamos, que pensando no había pegado ni un ojo en toda la noche. El día transcurrió jugando al ajedrez, por la noche Castillejo se durmió enseguida. Pero como a la una fue descorrido el cerrojo de la puerta, y abierta ésta, apareció bajo su dintel la figura siniestra del Cabo legionario, a quien acompañaban varios de sus subordinados.
El Cabo llevaba en una mano un papel y en la otra la pistola, e hizo que los suyos palmeasen para despertarnos. Después voceó el nombre y apellidos de Castillejo, pidiendo que se vistiera y saliera de la celda. Precisamente era Castillejo el único que no se había despertado y hubo de despertarlo su paisano Pacheco, que dormía junto a él. Castillejo tardaba en vestirse y el Cabo, impaciente, le espetó : ¡No se arregle tanto, que no va a una fiesta ! ¡Mañana esa ropa no le servirá ni de mortaja! Creo que Castillejo no oyó sus palabras, pero salió enseguida. Por la mirilla de la puerta se pudo ver, que tanto él como sus compañeros de proceso, eran encerrados en los calabozos destinados a los que serían en breve ejecutados".
Juicio al anarcosindicalista Castillejo
Plaza de los Reyes. Castillejo, fue uno de los organizadores del 1º de Mayo en 1936
Este macrojuicio, al sindicalismo ceutí fue fusilados veintiséis y el resto a largas condenas. El 16 de septiembre de 1936 y en el lugar acostumbrado, acuartelamiento de Sanidad, (Rebellin) se verificó el consejo de guerra a Luis Castillejo y cuarenta y nueve más. Todos seguirían el mismo procedimiento. Una vez que los acusados ocupan los banquillos de las dependencias del Cuartel del Rebellin, frente al estrado se da lectura al apuntamiento por parte del relator. La lectura se prolonga durante veinte minutos ; en ella se da la relación de nombres, seguidos de las acusaciones. Cuando concluye el relator se inicia el interrogatorio, contestando éstos con simples monosílabos a las preguntas que les formulan. A continuación se produce un descanso para que el fiscal y el defensor consulten sus notas y preparen las conclusiones finales. Después de media hora se reanuda el juicio con la intervención del fiscal con sus propios argumentos. Del primer grupo, donde, junto al líder anarcosindicalista, Castillejo, se encontraban Antonio Criado, funcionario en Telégrafos ; Francisco Sánchez Ríos, tipógrafo, y secretario de la sección de artes gráficas de la UGT ; el jefe de Correos Bartolomé Alcántara ; el militante del PSOE y masón Lucas Bárcenas, funcionario del juzgado ; José Sarria, militante del PSOE y secretario de la sección de empleados de oficinas de la UGT ; José María Quesada, tesorero de las Juventudes Marxistas Unificadas y ugetista de la sección de empleados públicos ; José María González, secretario de las Juventudes Socialistas ; Alberto Pastor, y los socialistas Pascual Aragón Barra, Francisco Palmero Burgos y el médico Enrique Velasco Morales ; éste, pese a estar integrado en este grupo, fue fusilado el 26 de septiembre en los llanos del Tarajal.
El siguiente grupo estaba compuesto por doce acusados. El consejo de guerra comenzó el 17 de septiembre. La mayoría de los implicados eran militantes de la Confederación y de profesión taxistas, como Juan González Robles, Manuel Gutiérrez Camúñez y José Ríos Soto, empleado de tejidos El Siglo ; los socialistas José Rodríguez y Nicolás Troyano, agente de la policía marítima ; Francisco Aznar, destacado ugetista ; Pedro Perdomo, secretario del PSOE desde diciembre de 1935 ; Antonio González, del Partido Comunista y Miguel Burgos Castro, integrante de la directiva del Socorro Rojo en Ceuta.
De este grupo fueron condenados a la pena de muerte, Manuel Gutiérrez Camúñez, (Años después, su hijo Manolo Gutiérrez y su nieto, estuvieron muy vinculados al diario el Faro de Ceuta), Ríos Soto, Francisco Aznar, Pedro Perdomo García, Miguel Burgos Castro y Antonio González Gil ; José Rodríguez Pastor a veinte años y Nicolás Troyano Uceda fue absuelto. Una vez comunicada la sentencia a los acusados son nuevamente trasladados a la prisión en espera de pasar a capilla. El fusilamiento se ejecutaría el 29 de octubre de 1936, a las nueve de la mañana, en la explana existente en prisión de García Aldave. El centinela comentó en un anexo de este consejo : "Al bajar de la camioneta e ir a desatar a uno de ellos, me dijo en tono triste, , y al preguntarle, por qué, me contestó, . Que al ver la actitud decaída de los citados, di cuenta al Teniente Jefe de la prisión, Miguel Sánchez, para que diera las órdenes oportunas a fin de que como siempre se hace en estos casos, se extremara la vigilancia. Los presos me solicitaron estar juntos, pues decían que creían que era la última vez que lo iban a estar por haberles impuesto pena de muerte, a lo que el jefe de la prisión no accedió, ordenando fueran separados en dos celdas".
Por Francisco Sánchez Montoya
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