jueves, 29 de mayo de 2014

Antonio Soto Canalejo

Antonio Soto Canalejo – anarquista en la Patagonia insurgente

Su figura ha sido protagonista de varias películas - La Patagonia rebelde (1973), Patagonia, utopía libertaria (1998)

El 8 de octubre de 1897 nace en la calle Pardo Bajo de Ferrol (La Coruña, Galicia) el militante anarquista Antonio Gonzalo Soto Canalejo, conocido como El Gallego Soto. Su padre (Antonio Soto Moreira) murió en la guerra de Cuba, en el hundimiento del buque "Oquendo» durante la batalla de Santiago de Cuba contra la armada norteamericana, cuando tenía un año. En 1900, con su madre (Concepción Canalejo González), nuevamente casada, emigró a Buenos Aires (Argentina), pero retornará a Ferrol debido a discrepancias con su padastre, Eduardo Rey. Vivió con unas tías - hermanas de su padre - beatas y autoritarias y, aún adolescente, empieza a leer literatura anarquista y se apasiona con el antimilitarismo de Tolstoi. En 1914, contrario a la guerra colonial en Marruecos, se declara insumiso al ejército y emigra a Argentina, donde trabajará como tramoyista en la compañía teatral Serrano Mendoza, que hacía giras teatrales y de zarzuelas por los puertos de la Patagonia.
La Revolución rusa de 1917 lo marcó fuertemente. En 1920 llegará con la compañía en la ciudad patagónica de Trelew, donde participará en actividades de protesta, intervendrá en mítines y sufrirá la primera detención, que implicará su expulsión de la provincia de Chubut. Luego, con la compañía, marchó en Río Gallegos, también en la Patagonia, donde se involucró en las actividades de la Sociedad Obrera, adherida a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Poco después, a petición de uno de sus asesores, el periodista vasco José María Borrero, abandona el teatro para dirigir el movimiento obrero de la comarca. El 24 de mayo de 1920 fue elegido secretario general de la Sociedad Obrera de Río Gallegos y adquirió notoriedad entre los obreros rurales. Con el apoyo de Domingo Barón, Baltasar Lorido y otros libertarios, se convierte en la cabeza de la Patagonia insurgente. En julio de 1920 fue detenido a causa de la huelga del Gran Hotel de Puerto Gallegos y en septiembre de ese año fue de nuevo tomado para intentar rendir un homenaje a Francisco Ferrer Guardia, intentando, sin éxito, las autoridades expulsarlo del país en el mes siguiente. Con Manuel Outerelo, Argüelles, Font y otros, desarrollará una gran tarea de propaganda por toda la región al tiempo que desaprueba las acciones violentas de la banda de El Toscano.
A finales de 1920 la rebelión patagónica pone en marcha con los obreros de Río Gallegos y orientados por Soto y otros anarquistas españoles (Leoncio Alonso, Antonio Fernández, Antonio Freire, Domingo Tarragó, Eligio Bautista, José Traba, José Díaz, Francisco García , Paulino Martínez, Enrique García) adquiere un cariz revolucionario. Soto, al frente de un grupo de 500 jinetes, logra tomar varias haciendas, pero el ejército argentino, comandado por el teniente coronel Héctor B. Varela, contraatacarà. que implicará una fuerte represión. Consigue llegar a Buenos Aires y representa, con Daniel Blanco, la Sociedad Obrera de Río Gallegos en el XI Congreso de la FORA, donde denuncia la represión y la actitud de la burocracia de la FORA de Buenos Aires, sin encontrar eco ni sólo en las filas anarquistas. El 6 de diciembre de 1921, Soto y su grupo son finalmente rodeados en La Anita, una hacienda de la alta montaña. El ejército vence a los levantados, fusila más de 120 revolucionarios y indulta aquellos que son más aptos para el trabajo. Soto, con un grupo de 12 leales, pudo huir por las montañas y entró a Chile por el paso de Centinela, tras negarse a entregar las armas y perseguido por el ejército argentino y los carabineros chilenos que no querían que entrara en el país .
En esta época sufrió una campaña difamatoria por parte de los dirigentes de la FORA del IX Congreso, pero siguió contando con un gran prestigio entre los sindicatos argentinos. En Chile deambuló por diversas ciudades: Puerto Natales, Punta Arenas, Valparaíso - en esta ciudad se casó con Amanda Soup y de este primer matrimonio nacerán seis hijos (Alba, Antonio, Mario, Aurora, Amanda y Enzo) -, Iquique , etc. En Santiago hizo trabajo de chofer de su propio autobús recorriendo Chile de norte a sur - patín varios accidentes de tráfico importantes - y pudo reanudar su militancia anarquista. En 1932 s'intal • instaló en Punta Arenas. Más tarde abrió un cine, llamado «Libertad», en Puerto Natales, donde también asesoró sindicalmente los obreros de la industria frigorífica. Cuando estalló la Revolución española no pudo marchar a causa de su mala salud. El 5 de marzo de 1938 se casará de nuevo, con Dorotea Cárdenas, de la isla de Chiloe, con quien tendrá una hija, Isabel. En 1945 se trasladó a Punta Arenas, donde hizo trabajo en una fundición donde adobaban motores de barcos y después vivió una parada de frutas en el mercado. Más tarde pasó una temporada errante por Tierra de Fuego y luego regresó finalmente a Punta Arenas, donde abrió un restaurante llamado «Oquendo», en honor del barco donde navegó su padre. En esta ciudad participó activamente en diversas entidades, como el Centro Republicano Español, el Centro Gallego (1950), el Club Deportivo de Pesca y Caza (1951), la Cruz Roja Internacional, la Sociedad de Amigos de la Unión Soviética - a pesar de su reconocido e inequívoco anarquismo - e incluso hizo costado la candidatura de Salvador Allende.
La salud le obligó a dejar el restaurante y montó una pensión que llevará su linaje, situada en la calle Ecuatoriana, y que ayudará económicamente con un camión que llevaba cargas desde el puerto. En 1962 abandonó toda clase de trabajo. Parece que estuvo bastante unido a la fracción española de la FORA (Abad de Santillán, Manuel Villar Mingo, Emilio López Arango, José Torralvo, etc.). Su figura ha sido protagonista de varias películas - La Patagonia rebelde (1973), Patagonia, utopía libertaria (1998) - y de libros y ensayos (José María Borrero, González, Osvaldo Bayer, Lois Pérez Leila, etc. ). Antonio Soto Canalejo murió a causa de una trombosis cerebral el 11 de mayo de 1963 en Punta Arenas (Magallanes, Chile). En Buenos Aires existe el Centro Gallego-Argentino de Estudios Sindicales y Sociales "Antonio Soto" ya Ferrol una calle lleva su nombre.


lunes, 26 de mayo de 2014

Granado y Delgado un crimen de estado

                                     
El 17 de agosto de 1963, Joaquín Delgado Martínez y Francisco Granado Gata, dos combatientes libertarios, miembros de la resistencia armada antifranquista, fueron asesinados por los esbirros del régimen mediante el criminal método del “garrote vil” y tras un simulacro de juicio sumarísimo. 
Su muerte intentó revestirse entonces de la supuesta legalidad con la que ese régimen golpista había intentado siempre disfrazar todos sus crímenes y su misma existencia desde sus orígenes.
Con sus sentencias, ejecutadas apenas 11 días después de su detención, se quiso claramente ejemplarizar y mostrar lo que le ocurriría a aquellos que se atrevían a enfrentarse al franquismo.
Francisco Granado y Joaquín Delgado, como otros miles de luchadores, no tuvieron miedo a luchar y estaban decididos a entregar sus vidas si era necesario para acabar con la tiranía franquista y demostrar que era necesario contestar al régimen con el único lenguaje que éste entendía.
El régimen utilizó la violencia y las armas para instaurar una dictadura y los sectores más firmes de la resistencia antifranquista no estaban dispuestos a ceder ante ese chantaje criminal y decidieron que era necesario demostrar que el régimen no tendría descanso hasta su definitivo derrocamiento.
Esta y no otra es la explicación de la muerte de Granado y Delgado.
Una muerte cruel e injusta para demostrar que se estaba dispuesto a todo para defender los privilegios de los vencedores de la guerra civil.
Pero aquellos sencillos trabajadores, esos dos hombres del pueblo que encarnaban el mejor espíritu de sacrificio y de entrega por la libertad que otros miles de antifascistas que les precedieron en la lucha, no se dejaron intimidar.
Su ejemplo sigue siendo en 2013 un modelo a seguir por cualquier persona que se denomine demócrata o amante de la libertad. El nombre de sus asesinos debería hoy ser para todos un sinónimo de infamia y vergüenza.
En los días de la parodia de juicio que se les hizo, fueron diversas las protestas y acciones que se hicieron para intentar salvar sus vidas, pero acosado por el precedente de las movilizaciones internacionales en el caso de Julián Grimau, el régimen decidió en este caso acelerar sus ejecuciones y estas se produjeron con tremenda celeridad, apenas 11 días después de su detención.
Se recordó ya desde entonces las nulos derechos jurídicos del proceso y tribunal, el propio carácter criminal que había dictado ya sentencia sin considerar siquiera la identidad de los acusados, pues se trataba de responder con muerte a la osadía de enfrentarse al régimen,
Durante años se ha recordado a Granado y Delgado para insistir que fueron inocentes y que su proceso tenia terribles irregularidades, un planteamiento que en cierto modo acompaña a sus nombres,
Es hora de afirmar y recordar que Granado y Delgado eran Realmente luchadores antifranquistas dispuestos a enfrentarse al régimen, algo de lo que no se puede dudar y debemos estar orgullosos. Es preciso decirlo bien alto.
El derecho a la resistencia a la tiranía está justificado y reconocido y las Naciones Unidas habían caracterizado al franquismo como un régimen fascista heredero de los fascismos europeos y criminal en su práctica y esencia.
Respecto de lo que se ha dicho sobre el carácter irregular del tribunal y la sentencia, hay que decir que fueron completamente normales e idénticos a cualquier otro de aquel régimen, pues ni uno solo de aquellos tribunales que condenaron a los combatientes por la libertad tenia base legal ni moral para actuar, pues su legitimad provenía de un golpe contra la legalidad republicana. Quienes deberían ser juzgados y condenados en la memoria son sus verdugos y los ministros cómplices de su sentencia
Es una batalla estéril intentar indagar las circunstancias de los hechos de los que se les acusó o el artificio de su pseudo juicio o tribunal, pues la nulidad de éstos era de origen. Esto es algo que debemos tener muy presente, pues a fecha de hoy, en 2013, la desnuda realidad de la impunidad del franquismo sigue negando verdad, justicia y reparación a las víctimas del franquismo y mantiene legales sus sentencias e impunes a sus verdugos,
Granado y Delgado fueron militantes anarcosindicalistas. Su ideal había nacido y prosperado en la defensa de los derecho de los trabajadores y extendido y germinado del que fue uno de los primeros sindicatos modernos de Europa: la Confederación Nacional del Trabajo, una organización nacida para llevar la dignidad al mundo del trabajo, mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y edificar un mundo nuevo sin explotación ni miseria. Fue el fascismo, el golpe, la guerra y la dictadura las que obligaron a trabajadores como Granado y Delgado al sacrifico de sus vidas en la defensa de la libertad de todos,
La figura de Granado y Delgado trasciende las siglas de las Juventudes Libertarias en las que militaban y son, cada día más, patrimonio de todos los resistentes antifascistas. Merecen el reconocimiento y el recuerdo público e institucional que se otorga a los héroes por la libertad
Desde la Federación Estatal de Foros por la Memoria reivindicamos la figura de Granado y Delgado como héroes por la libertad y solicitamos: 1 La declaración de ilegalidad del franquismo. 2- Para ellos, al igual que para todos las víctimas del franquismo, que los tribunales que los juzgaron sean declarados ilegales, así como sus sentencias. 3. Inaplicación de la Ley de Amnistía de 1977 que sigue siendo el verdadero muro en el que se sustenta la impunidad de los crímenes del régimen franquistas. 4- Aplicación del derecho Internacional en España en materia de Crímenes de Lesa Humanidad.
Compañeros Granado y Delgado vuestro ejemplo nos acompaña
http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/25987

viernes, 23 de mayo de 2014

¿Por qué “no votan” los anarquistas?

Nos hacen esta pregunta una vez más. Cada convocatoria electoral, y principalmente desde “las izquierdas”, poniéndose la venda antes de hacerse la herida, culpan al abstencionismo de la hegemonía de la derecha en la farsa electoral.
Es una pregunta que no tiene una respuesta simple. En primer lugar y frente a lo que a algunos, y no precisamente anarquistas, les gustaría, el anarquismo no es un dogma, nunca se planteó que tenía la verdad revelada en sus manos, en consecuencia ha operado siempre, a la vez que en lo social y lo cotidiano, en una labor de crítica y reflexión permanente. El preguntar por qué no votamos es equivalente a preguntar ¿cómo concibe el anarquismo la intervención política? ¿Considera el anarquismo que hay un nivel político en el que se debe actuar? ¿Las elecciones no son parte sustancial de toda práctica política? ¿Ningún anarquista vota nunca?
Entendemos que, mientras el pueblo alimente, mantenga y enriquezca a los grupos privilegiados de la población mediante su trabajo, incapacitado para el auto-gobierno por verse forzado a trabajar para otros y no para sí, estará invariablemente regido y dominado por las clases explotadoras. Esto no puede remediarlo ni siquiera la constitución más democrática, porque el hecho económico es más fuerte que los derechos políticos, que carecen de significado sin igualdad económica.
Hablar de elecciones es aludir sólo a una parte de una estructura de poder que es bastante más amplia. En la actualidad, cuando el aparato ideológico del sistema (administraciones, poder judicial, medios de comunicación…) hace la guerra abierta a lo solidario, a todo lo que pueda generar culturas de cooperación y apoyo mutuo, al tiempo que alimenta la fragmentación, la atomización, el que cada cual vaya a lo suyo, no resulta sencillo plantear algunas cosas.
Dentro de las reflexiones -que ya muchos se hacen- está el papel que juegan las elecciones en un sistema como el presente: ¿Tiene esto algo que ver con una democracia auténtica? Consideramos que es cuando menos ingenuo, pretender poner patas arriba los mecanismos del sistema, empleando para ello sus herramientas de legitimación (elecciones): todo el juego electoral cumple fines tendentes a la legitimación del sistema.
Mientras el sufragio universal se ejerza en una sociedad donde la mayoría de la población está económicamente dominada por una minoría que controla de modo exclusivo y excluyente la propiedad y el capital; por libre que pueda parecer el pueblo desde el punto de vista político (libertad política que, muchos ya lo han comprobado, se reduce a poder elegir la papeleta que metes en el sobre, ojito con ir más allá), esas elecciones sólo pueden ser ilusorias y antidemocráticas en sus resultados, que invariablemente se revelan absolutamente opuestos a las necesidades y a la verdadera voluntad de la población.
Bajo el capitalismo, la burguesía está mejor equipada que los trabajadores para hacer uso de la democracia parlamentaria. Es cierto que las clases dominantes saben mejor que el pueblo lo que quieren y lo que deben tener: el propósito que persiguen no es nuevo ni inmensamente vasto en sus fines, como acontece con el nuestro. Al contrario, es un propósito conocido y completamente determinado: la preservación de su dominio político y económico.
La falsedad del sistema representativo descansa sobre la ficción de que el Gobierno o y las Cortes o Parlamento surgidos de elecciones deben representar la voluntad del pueblo, o al menos de que pueden hacerlo. El pueblo quiere instintiva y necesariamente dos cosas: la mayor prosperidad material posible dadas las circunstancias, y la mayor libertad para sus vidas, libertad de movimiento y libertad de acción.
¿Cómo puede el pueblo controlar los actos políticos de sus representantes? ¿No es evidente que el control ejercido en apariencia por los electores sobre sus representantes es, en realidad, una pura ficción?
Abismo entre quienes gobiernan y quienes son gobernados: las finalidades de quienes gobiernan —de quienes elaboran las leyes del país y ejercitan el poder ejecutivo— se oponen diametralmente a las aspiraciones populares debido a la posición excepcional de los gobernantes y de la clase política en general: sean cuales fueren sus sentimientos e intenciones democráticas, sólo pueden considerar esta sociedad desde la elevada posición en la cual se encuentran. La posesión del poder induce a un cambio de perspectiva. Tal ha sido la eterna historia del poder político desde el momento mismo de establecerse en este mundo. Esto explica también por qué y cómo hombres demócratas y rebeldes de la variedad más roja, se hicieron extremadamente conservadores cuando llegaron al poder. Por lo general, estos retrocesos suelen atribuirse a la traición. Pero es una idea errónea; en su caso, la causa dominante es el cambio de posición y perspectiva.
Puesto que el Estado político no tiene otra misión que la de proteger la explotación del trabajo por parte de las clases económicamente privilegiadas, el poder de los Estados sólo está destinado a oponerse a la libertad del pueblo. Quien dice Estado dice dominación, y toda dominación supone la existencia de masas dominadas. Por consiguiente, el Estado no puede tener confianza en la acción espontánea y en el movimiento libre de las masas, cuyos intereses más queridos militan contra su existencia. Es su enemigo natural, su invariable opresor, y aunque tiene buen cuidado de no confesarlo abiertamente, tiende a actuar siempre en esta dirección. Por democrático que pueda ser en su forma, ningún Estado puede proporcionar al pueblo lo que necesita, es decir, la libre organización de sus propios intereses de abajo arriba, sin interferencia, tutela o violencia de los estratos superiores. Porque todo Estado, hasta el más republicano y democrático es esencialmente una máquina para gobernar a las masas desde arriba, a través de una minoría privilegiada, que supuestamente conoce los verdaderos intereses del pueblo mejor que el propio pueblo.
De este modo, incapaces de satisfacer las exigencias del pueblo o de suprimir la pasión popular, las clases poseedoras y gobernantes sólo tienen un medio a su disposición: la violencia estatal, en una palabra, el Estado, porque el Estado implica violencia, un gobierno basado sobre una violencia disfrazada o, en caso necesario, abierta y sin ceremonias.
La producción capitalista y la especulación financiera se llevan muy bien con la llamada democracia representativa; porque esta forma moderna del Estado, basada sobre una supuesta voluntad y soberanía popular, supuestamente expresada por los representantes en los parlamentos, unifica en sí las dos condiciones necesarias para la prosperidad de la economía capitalista: sometimiento efectivo del pueblo a la minoría que teóricamente le representa e identificación con los valores “sociales”.
Los anarquistas hemos votado en muchos lugares e instancias: sindicatos, cooperativas, centros sociales y populares, asambleas. El problema no es el voto ni la democracia. La cuestión es a qué mecanismo pertenece tal voto y de qué democracia hablamos.
En estas circunstancias, cuando la agresión ideológica del sistema es alta, cuando los medios de comunicación son la única fábrica de opinión, cuando coordinarse y movilizarse se criminaliza y reprime, cuando la miseria de las poblaciones crece… hay una búsqueda -en la que está mucha gente- de herramientas que permitan la lucha. En esa búsqueda queremos estar. No es tanto el votar o no votar, sino qué hacemos entre convocatoria y convocatoria electoral y en qué condiciones nos “enfrentamos” a las mismas.
http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/30141

Abstención Activa


domingo, 18 de mayo de 2014

EL ANARQUISMO EN ESPAÑA



      Estamos obligados a dedicar capítulo aparte al anarquismo en España, no sólo por el hecho de que la página se publica en nuestro país, sino porque, por razones que son y probablemente serán misteriosas, es en España donde, desde el primer día que hubo una formulación clara y concreta del anarquismo, éste adquirió más base popular, más arraigo e influencia que en el resto del mundo.
      Los que han examinado el fenómeno con visión simplista, han deducido que prendió antes y mejor en España porque era nuestro país, en el siglo XIX, uno de los países pobres de Europa. Pero les desconcierta el hecho de que fuera en Cataluña, región tradicionalmente próspera y la más avanzada de España en todos los sentidos, donde primero se constituyeron grupos anarquistas y donde la idealidad libertaria adquirió antes prestigio e influencia.
      Y es que, en realidad, el anarquismo nada tiene que ver con el estado de atraso ni de miseria de los pueblos. Es una toma de conciencia individual que lo mismo puede producirse en el campesino iletrado que en el obrero rebelde, que en el intelectual o el aristócrata inquieto y atormentado por el problema de la justicia y de la felicidad entre los hombres. Y es precisamente hasta en las regiones más pobres, entre los hombres más ilustrados, más capaces, donde se manifiesta primero la simpatía y después la adhesión al anarquismo.
      En España existe, por otra parte, una larga tradición rebelde y libertaria, que nos viene de la Edad Media y que se engarza en la mezcla de razas y en la propia geografía. El español es anarquista por temperamento, por carácter, por fiereza, por amor a la libertad, por independencia y porque, confusamente, siempre ha sabido o intuido que sólo en un orden social como lo conciben los anarquistas se sentirá bien v conseguirá realizarse plenamente.
      Sin entregarnos a ninguna euforia de tipo racista, hemos de decir, sin embargo, que antes incluso de que llegaran a España las ideas anarquistas claramente formuladas en la obra de Proudhon, traducido al español por Pi y Margall, había ya aparecido en España un primer periódico anarquista en 1845: "El Porvenir", que editaron Ramón de la Sagra Peris y Antolín Faraldo. Este periódico apareció en Santiago de Compostela y fue suprimido por un decreto del general Narváez.
      Ramón de la Sagra, su redactor principal, es el primer anarquista que hubo en España. Las obras de Puoudhon no fueron traducidas por Pi y Margall más que en 1854.
      Por lo demás, Ramón de la Sagra, emigrado a París víctima de la persecución de Narváez, se unió a Proudhon y le ayudó a fundar su "Banca del Pueblo" No es un secreto para nadie que cuando llegó a España Fanelli, para fundar la Sección Española de la Primera Internacional, en España existían ya grupos anarquistas, compuestos por individualidades que trabajaban en diversos sentidos, fundando Fomentos de las Artes, Centros de cultura o dedicándose a otras muchas actividades propagandísticas y culturales. Como existían ya las llamadas Sociedades Obreras de Resistencia al capital, que fueron los primeros núcleos organizados de la Internacional.
      Por lo demás, la mayor parte de los federales de la época como Joarizti, Bohórquez, Pi y Margall y tantos otros, sintieron simpatías por el anarquismo, y su concepción de la República por la que combatían difería mucho de lo que fue la proclamada en 1871 y que tan efímera vida tuvo.
      El anarquismo español poseyó desde sus orígenes, muchos y muy interesantes hombres, en los que se confundieron todas las clases sociales, desde médicos como los doctores Soriano, García Viñas, y Gaspar Sentiñon, a obreros tipógrafos como Anselmo Lorenzo y Rafael Farga Pellicer, pasando por campesinos ilustrados como Francisco Rubio, de Montejaque.
      Estos hombres, desde el primer día, hicieron suya la convicción de Bakunin de que era entre los trabajadores donde debían sembrarse las ideas libertarias porque era la fuerza del proletariado organizado la sola que podría, en un mañana que se esforzaban de aproximar lo más posible, destruir la sociedad capitalista e instaurar una sociedad sin clases.
      De ahí que las figuras más señeras del movimiento obrero, lo mismo antes de la Internacional que después de ella, actuaron entre los trabajadores y se confundieron con ellos. Más tarde, esta posición, históricamente sostenida durante medio siglo, fue definida con el nombre de anarco-sindicalismo.
      Otro fenómeno curioso y que debe ser destacado, cuando del anarquismo en España se habla, es que, así como en los demás países la preocupación por las formas de organización de la sociedad no acostumbraba a ser motivo ni tema de discusión en Congresos, en España constantemente ello les preocupaba... Quizá porque es el país donde más cerca y más viable hemos visto la realización de una sociedad libertaria, por su impregnaci6n del ambiente y porque las propias evoluciones de su historia en diversos mementos nos han hecho esperar un cambio posible. Quizá esto explica también el encarnizamiento con que han sido en España perseguidos los anarquistas, a lo largo del siglo XIX y en todo lo que va del XX.
      Las clases poseedoras han tenido conciencia de que en el anarquismo residía un peligro de destrucción de sus privilegios y que los métodos y tácticas del mismo convertirían a la clase obrera en un formidable instrumento de combate.
      Por lo demás, los obreros comprendieron muy bien que sólo las tácticas y los principios imprimidos por la influencia libertaria en el movimiento obrero, podían acelerar la emancipación de los trabajadores, que según el lema de la Primera Internacional, sólo puede ser obra de los trabajadores mismos... Esto explica igualmente la tenacidad con que han renacido las organizaciones obreras destruidas por las persecuciones y cómo de nuevo, fielmente, los trabajadores las han poblado con su presencia. Tantas veces como fue disuelta la Confederación de Trabajadores, que sucedió a la Sección española de la Primera Internacional, fue reconstituida. Cuando, en 1910, este movimiento obrero, numerosas veces aniquilado, se articuló nacionalmente con el nombre de C.N.T., ¡cuántas veces fue también juzgado muerto! Como nueva Ave Fénix, renació siempre de sus cenizas, no faltando nunca en sus filas los que habían sido y continuaban siendo sus orientadores, los que, confundidos con los trabajadores, alentaban el espíritu de protesta y conseguían mejoras en la condición de los explotados.
      Sería, no obstante, limitar la acción libertaria, si la circunscribiéramos a la simple intervención de los anarquistas en el movimiento obrero. Son centenares las revistas publicadas, los periódicos. Se suman por millares los libros y folletos editados. Desde las Escuelas laicas de Gabarró, a las Escuelas racionalistas que se multiplicaron en España en los anos que van de 1915 a 1936, pasando por el ensayo heroico de Ferrer i Guardia, que quiso crear una Escuela Moderna en España (ensayo que le costó la vida, ya que fue muerto fusilado por el solo crimen de haber intentado fundar una escuela liberada de la influencia religiosa en un país donde la Iglesia era todopoderosa y su criterio y sus procedimientos impregnados todavía del espíritu de la Inquisición), la labor libertaria fue múltiple, constante y lo abarcó todo, sin descuidar ningún aspecto.
      Precisa haber vivido, bañado en lo que era la atmósfera libertaria, el fervor y la fiebre de actividad permanente, para comprenderlo y explicarse muchas cosas.
      Cabe además destacar que el anarquismo en España jamás fue algo estático ni uniforme. Hubo siempre individualidades independientes, que crearon revistas, periódicos, editoriales. Señalemos, por ejemplo, Serrano Oteyza, fundador de "La Revista Social", Federico Urales y Soledad Gustavo, fundadores de "La Revista Blanca" -dos épocas: 1898-1905; 1923-1936 y una importante editorial, en la que se publicaron muchas obras anarquistas y otras que no lo eran, pero pertenecían al acervo común de la literatura universal. Como "La Reacción y la Revolución", de Pi y Margall, y "Las grandes corrientes de la literatura en el siglo XIX·, de George Brandés.
      Tampoco fue jamás exclusivista en la interpretación de las ideas. Hubo, eso sí, polémicas apasionadas entre anarquistas colectivistas y anarquistas comunistas. La fórmula colectivista: A cada uno el producto íntegro de su trabajo, pareció fuente de desigualdad y de injusticia a Kropotkin y algunos otros pensadores anarquistas. Aquel que, más fuerte que los otros, produciría más, poseería por derecho propio más bienes que el débil o enfermo. De ahí que lanzasen la fórmula comunista: De cada uno según sus fuerzas; a cada uno según sus necesidades.
      Hubo anarquistas españoles, como Mella, que jamas dejaron de llamarse colectivistas. Pero la mayoría se inclinó muy pronto hacia el comunismo, que se adjetivó libertario, para diferenciarse del comunismo autoritario o marxista. Otros, como Urales y como Tarrida del Mármol, resolvieron el problema llamándose anarquistas a secas.
      El anarquismo estuvo organizado generalmente en grupos de afinidad, que, a su vez, se federaban entre sí, constituyendo Federaciones Locales de Grupos. Esto fue así hasta que, en 1927, se creó en Valencia la Federación Anarquista Ibérica, englobando España y Portugal. Pero de eso hablaremos más tarde.
      El movimiento anarquista, en España, consiguió movilizar de tal manera la opinión pública, que, a base de campañas de Prensa, se consiguió el indulto de los presos supervivientes del Proceso de Montjuich y después de los que aún vivían en los presidios de África, supervivientes de los procesos de la Mano Negra y de Jerez.
      Se sabe hoy, que el proceso de la Mano Negra fue inventado por los servicios policíacos y de la Guardia Civil para justificar la destrucción, en Andalucía, de lo que restaba allí de la Internacional. Se sabe hoy también que el proceso llamado de Montjuich, en el que fueron fusilados cinco anarquistas en 1896, fue en realidad un remedo del que costó asimismo la vida a cinco anarquistas en Chicago, en 1886. Una bomba fue arrojada al paso de la procesión del Corpus, en la calle de Cambios Nuevos, en Barcelona. Hubo víctimas e inmediatamente se atribuyó el hecho a los anarquistas. Sin embargo, más tarde se ha sabido que el autor del atentado, un agente provocador al servicio de la policía, logró salir de España y fue a para a la Argentina.
      Pero ello sirvió para encarcelar, torturar, fusilar y deportar a los anarquistas, para poner fuera de la ley a la organización obrera por ellos orientada, la Federación de Trabajadores, y para desarticular todo cuanto, en materia de centros culturales, de escuelas laicas y de Ateneos tenían organizado los anarquistas.
      Antes de que tal objetivo se obtuviera por los medios a que antes nos hemos referido, los libertarios catalanes habían organizado los dos Certámenes socialistas, de los que restan los trabajos premiados, reunidos en dos volúmenes, obra rara e inapreciable, que sólo puede encontrarse en algunas bibliotecas.
      Pese a todo, enterrados los muertos, vueltos los desterrados, liberados los supervivientes, el movimiento anarquista reanudó sus actividades, llegando, en 1900 a publicar en Madrid hasta un diario, "Tierra y Libertad" fundado por Urales y Soledad Gustavo y al que ayudó económicamente Ferrer i Guardia.
      Figuras señeras del anarquismo en España, son, por orden más o menos cronológico, los internacionalistas Tomás González Morado, Rafael Farga Pellicer, Pellicer Paraire, sobrino del anterior; los doctores Gaspar Sentinon, José García Vinas y Trinidad Soriano; los periodistas José Llunas y E. Borrell, Juan Serrano y Oteyza, editor de "La Revista Social" y suegro de Ricardo Mella, que casó con su hija Esperanza; Fermín Salvoechea, símbolo del espíritu de revuelta de la región andaluza, fundador del periódico "El Socialismo", en Cádiz, antiguo federal y cantonalista, ganado pronto por el anarquismo; Anselmo Lorenzo, juzgado con justicia padre espiritual de la CNT (2) internacionalista que continuó y abrazó con entusiasmo y perseverancia las ideas de Bakunin, trabajando sin descanso por la constitución de una organización obrera poderosa y que reuniera el mayor número posible de afiliados; Ricardo Mella, el pensador más profundo con que ha contado el pensamiento anarquista en España; Fernando Tarrida del Mármol, ingeniero y escritor, orador asimismo -hablaba con la misma facilidad e igual elocuencia en tres idiomas: el español, el francés y el inglés-; Pedro Esteve, escritor y propagandista, emigrado a Estados Unidos, donde dio vida a un semanario ("Cultura Obrera") y animó al movimiento libertario de habla española; Teresa Claramunt, oradora obrera de natural elocuencia, muchas veces encarcelada y deportada a Inglaterra en el momento del proceso de Montjuich, verdadera encarnación ibérica de la Luisa Michel francesa; Federico Urales, escritor, publicista, novelista, cuya obra marcó profundamente el pensamiento español; Soledad Gustavo, su compañera, que le secundó en sus campañas y en su esfuerzo propagandístico. Más tarde hablaremos de los que aparecieron después y que llenan la historia del movimiento anarquista en los años que se escalonan entre la Revolución rusa de 1917 y la Revolución española de 1936.
      Precisa mención aparte un hombre, cuyo nombre no es generalmente citado. Nos referimos a José López Montenegro, antiguo coronel del ejército español, pasado al anarquismo y el primer propagador en España de la huelga general como arma total contra el capitalismo. Ayudado asimismo por Ferrer i Guardia, publicó un semanario. "La Huelga General", dedicado a propagar este método de lucha, consiguiendo que él fuese muy pronto adoptado en España por la clase trabajadora.
      También precisa mención aparte, por su singular personalidad, Francisco Ferrer i Guardia. Procedía éste del republicanismo, pero estuvo siempre obsesionado por la idea de fundar una escuela moderna en España. Consiguió ganar a su tesis a una vieja señorita francesa de ideas avanzadas, Mademoiselle Meunier, que le dejó toda su fortuna, para realizar lo que era el objetivo de su vida: crear en España esa escuela moderna, imaginada por su espíritu de librepensador. Porque Ferrer, en sus comienzos, no era más que un francmasón y librepensador.
      Pero al contacto de sus amistades parisinas -Malato, Paraf-Javal, el doctor Paul Robin, Madeleine Pelletier y sobre todo Léopoldine Bonnard, señorita de compañía de Mlle. Meunier y que fue más tarde la compañera de Ferrer y la madre de su hijo Riego, le hicieron concebir las ideas anarquistas. Al fundar, pues, la Escuela Moderna, se rodeó sobre todo de anarquistas, siendo uno de sus hombres de confianza Anselmo Lorenzo, al que hizo director de sus ediciones.
      Ya que además de las escuelas que fue fundando, sobre todo en Cataluña, la Escuela Moderna se dedicó a la edición de libros de texto que pudieran servir al fin propuesto: crear una pedagogía libre que preparase a los futuros hombres para la libertad. Fue una calumnia desprovista de toda base real, la que hicieron circular los clericales y los reaccionarios, sobre el adoctrinamiento anarquista de las criaturas. Aún mayor infamia el acusar a los pedagogos que secundaron a Ferrer de que enseñaban a los niños el manejo de las armas y la fabricación de explosivos. Se acusó también a la Escuela Moderna que, anticipándose casi medio siglo a la pedagogía moderna, practicaba la escuela mixta, de alentar las experiencias sexuales entre niños y niñas de diez o doce años. Todo era mentira y en realidad la Escuela Moderna se limitaba a enseñar de acuerdo con lo que eran concepciones pedagógicas de María Montessori, de Froebel, Clemencia Jacquinet, y que más tarde Jean Zay convirtió en reglas pedagógicas de la enseñanza en Francia.
      Pero Ferrer, además de un aficionado a la pedagogía, era un revolucionario. Estaba convencido de que sólo transformando la sociedad e instaurando otro orden social, podría realizarse la liberación integral del hombre. Por ello ayudó económicamente a Urales y Soledad Gustavo para convertir "Tierra y Libertad", semanal, en diario, ayudó después a López Montenegro a publicar y propagar "La Huelga General", en la que Ferrer veía un medio revolucionario, al movilizar en bloque a la clase obrera.
      Colaboró en la Prensa libertaria utilizando el seudónimo Cero, defendiendo las tesis que le eran familiares y a las que dedicó su vida.
      Cuando se produjo el atentado de Mateo Morral, el día de la boda de los reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, en 1907, se acusó a Ferrer de ser el instigador del gesto de Morral, que era un empleado de la Escuela Moderna. Se tejió una novela en torno de la pasión de Morral por Soledad Villafranca, compañera de Ferrer en la época. Leopoldina Bonnard y Ferrer se habían separado.
      Todo ello son conjeturas. No está en mi ánimo ahondar en ellas ni es éste el motive de este libro. Lo cierto es que nada pudo comprobarse contra Ferrer, que fue absuelto en el proceso intentado contra él -por cierto que en aquellos días Ferrer fue defendido por Melquiades Alvaret.
      Pero el cuarto militar del rey y las fuerzas conservadoras de la época habían condenado a muerte a Ferrer. Y se aprovechó la Semana Sangrienta de Barcelona, en julio de 1909, en la que ninguna intervención tuvo Ferrer, como se ha demostrado más tarde y no ciertamente por escritores ni historiadores libertarios, para encarcelarle, acusarle, juzgarle y fusilarle, a pesar del clamor internacional levantado a favor suyo.
      El proceso contra Ferrer, su muerte, la destrucción de la Escuela Moderna, el encarcelamiento y deportación de Anselmo Lorenzo y los más próximos colaboradores del condenado, la represión general desencadenada, todo ello dio a España una celebridad que en nada sirvió a la imagen que, de nuestro país, los españoles liberales hubieran deseado dar al extranjero. Se ponía de manifiesto el poder omnímodo de la Iglesia, los métodos inquisitoriales todavía practicados en España y el divorcio profundo entre lo que se dio en llamar las dos Españas.
      La Escuela Moderna había hecho ediciones prestigiosas, como fueron la de "El Hombre y la Tierra" vertido al español por primera vez, "Preludios de la lucha", de Pi y Arsuaga, hijo de Pi y Margall, "Sembrando Flores", de Federico Urales, del que se han hecho centenares de ediciones, "Las Aventuras del Nono", de Jean Grave, libros de lectura para niños difícilmente superables, numerosas obras científicas de Kropotkin, una "Historia de España", de Nicolás Estébanez, que fue el primer libro de texto dando a los niños una versión de la historia de nuestro país, en la que las guerras y los caprichos de los reyes no ocupaban el lugar principal.
      Es imposible citar toda esta labor editorial, completamente ecléctica, libre de todo sectarismo. Pues Ferrer se rodeó de hombres como Lorenzo, anarquista conocido, tuvo como amigos y colaboradores a Tarrida y a Malato, pero también tuvo como director científico y literario a Odón de Buen y otras eminentes figuras del pensamiento liberal español.
      Es precisamente contra todo esto que se urdió el complot la muerte de Ferrer y la destrucción de la Escuela Moderna, sus ediciones y su labor pedagógica. Muchos de los maestros que Ferrer había reclutado fueron encarcelados y deportados, como, por ejemplo, Casasola... Sin embargo, esos maestros y otros como ellos fueron los que, sólo cuatro o cinco años más tarde, empezaron a animar las escuelas racionalistas que los sindicatos obreros de la recién nacida C.N.T. sostenían económicamente.



domingo, 11 de mayo de 2014

Presentación del libro "Grupos Autónomos

El sábado 10 de Mayo, tuvo lugar, en la sede de la CNT-AIT de Málaga de la presentación del libro "Grupos Autónomos. Una Crónica Armada de la Transacción Democrática".
En septiembre de 1973 era desarticulado el MIL pero aquella razia no acabó con el movimiento autónomo armado sino que lo reforzó. Las acciones para intentar evitar la ejecución de Puig Antich, primero, y las que se llevaron a cabo para expresar la
rabia un vez realizada ésta, se extendieron como una mancha de aceite.

Un año después de la desarticulación de la OLLA y los GARI moría el dictador, en poco tiempo se pasó de luchar contra una dictadura fascista a hacerlo contra una democracia capitalista y monárquica.

Fueron los tiempos en que el rey juró los Principios del Movimiento Nacional y la Constitución, el PSOE abandonó el marxismo, el PCE dejó atrás el republicanismo y el capital fundamentó las bases del sistema social que ha terminado aplastando social y económicamente a la ciudadanía del estado español. Fue una lucha que duró poco más de diez años hasta que en 1984 se desmantelaron los últimos grupos activos.
Este libro nos acerca a los jóvenes que formaron parte de aquellos grupos autónomos que se rebelaron ante la gran mentira llamada "transición democrática" y también al contexto en el que vivieron: la contracultura, la autonomía obrera, la
clandestinidad y, por supuesto, la represión. La muerte del Jebo, al estallar el artefacto que manipulaba en Toulouse o el asesinato de Agustín Rueda en la cárcel de Carabanchel forman parte de nuestra historia silenciada

.

miércoles, 7 de mayo de 2014

El cementerio de las Botellas y El Fuerte San Cristobal.


En la cresta del monte Ezkaba, en la periferia de Pamplona, se erige una fortaleza militar, construida entre finales del siglo XIX y principios del XX (1878-1919), bajo el reinado de Alfonso XII, tras comprobar la vulnerabilidad de la ciudad de Pamplona después de la última Guerra Carlista, bajo la dirección del comandante de ingenieros José de Luna y Orfila.
Está formado por tres edificios: el más grande y conocido, situado en el centro, y otros dos edificios, uno en el este y otro en el oeste, con un diseño octogonal.
Los túneles construidos en el subsuelo del fuerte comunican los tres edificios y los fosos. En el subsuelo existen tres plantas. En ellas se encuentran los lavaderos, el almacén de víveres y 16 aljibes que guardaban el agua de lluvia.
Los tres edificios que forman el fuerte ocupan 180.000 metros cuadrados, sin contar el perímetro exterior de seguridad.  

La fortificación estaba preparada para albergar a 1.100 soldados que, en caso de guerra, podían subsistir 4 meses sin ayuda del exterior. Para ello, el Ejército compró un manantial situado en Berriozar con el que se abastecía el fuerte, además de con el agua de lluvia. Los depósitos de agua tienen una capacidad de 315 millones de litros. 

Cuando se construyó, era uno de los mejores fuertes de Europa, prácticamente infranqueable por tierra, pero con la llegada de la aviación, era fácilmente  bombardeable desde el aire, con lo que nunca se llegó a usar con fines defensivos, sino que se utilizó como penal militar entre 1.934 y 1.942, y como hospital penitenciario entre 1.942 y 1.945, siendo además centro receptor de otras cárceles con presos convalecientes por la tuberculosis. 
En 1.991 el ejército abandonó definitivamente el lugar y desde 2.001 el Fuerte fue declarado "Bien de Interés Cultural" por la Unesco, aunque actualmente su estado es de completo abandono. Ahora es propiedad del Ministerio de Defensa.

Durante la Guerra Civil, fue una de las prisiones más duras. Llegaban presos de todas las comunidades, pero solo se registraban aquellos que tenían una condena firme.  Muchos, no fueron registrados, si no que directamente fueron fusilados. 

En las celdas de castigo, los presos podían estar varios meses pasando hambre y con un alto nivel de humedad. Algunos presos podían recibir la visita de sus mujeres, que les llevaban algo de ánimo. Dormían en el suelo, sobre agua. Según Ernesto Carratalá, sobreviviente de la prisión: "El peor invierno de mi vida fue el pasado allá. Era una mazmorra fría, húmeda, con chinches y piojos en derredor." Les dejaban morir de hambre.

Los archivos del juzgado de Ansoain indican que, entre el 1 de noviembre de 1.936 y el 6 de agosto de 1.945, los reos morían por anoxemia, tuberculosis pulmonar o colapso cardíaco.

En 1.938 había 2.487 personas detenidas. El 22 de Mayo de ese año se produjo la fuga de San Cristóbal, considerada la mayor fuga de España y una de las mayores fugas del mundo, por la fuga en sí y por las consecuencias para los presos, en donde 795 presos, sin ayuda exterior y desesperados por el maltrato y el hambre, lograron huir anhelando su preciada libertad. Iban descalzos, con escasos fusiles y sin organizar un plan de huida.
Según Ernesto Carratalá: "El desconcierto era total. Había rumores, pero nunca pensamos que la fuga fuera a llevarse a cabo. Cada uno tiró por su lado; algunos, que incluso pensaron que se había terminado la guerra, fueron directos a la estación de tren de Pamplona y trataron inocentemente de comprar un billete con los vales de la prisión. Naturalmente, los detuvieron enseguida. Yo calculo que estuve unos 15 minutos corriendo desorientado por el monte hasta que oí claramente el toque de trompeta de las fuerzas que venían de refuerzo desde Pamplona. Estábamos muy débiles por el hambre. Muchos iban sin zapatos. Comprendí que no podría correr muy lejos, y además no sabía adónde, así que decidí regresar a la prisión. Para cuando llegaron los refuerzos militares de Pamplona, yo estaba en mi sitio de siempre"

La fuga, planificada durante meses entre un grupo de unos 30 reclusos, se ejecutó según lo previsto: redujeron a los guardias que les llevaban la cena, les quitaron las llaves y se disfrazaron con sus uniformes para atravesar el patio, hasta que uno de los centinelas de la entrada intentó resistirse y lo mataron. En grupo, los presos comienzan a salir del fuerte, pero uno de los guardas escapó y fue a pedir refuerzos a Pamplona.

La primera parte de la fuga, salir de la prisión, funcionó, la segunda parte, la huida, no. De los 795 presos que se fugaron aquel día, 585 fueron capturados y 207 muertos a tiros en el campo cuando trataban de escapar por el monte. Sólo tres presos consiguieron llegar a Francia.
Según Félix Álvarez, sobreviviente: "Las tropas nos perseguían a tiros por el monte, nos iban matando como a conejos, al que veían lo mataban, así que nos fuimos dividiendo y dividiendo, y al final íbamos dos gallegos y yo, que soy de León, juntos. No sabíamos dónde estaba Francia. Por la noche avanzábamos y por el día permanecíamos agazapados, hasta que ya no aguantamos más el hambre y nos arriesgamos de día. Llegamos a un pueblo, Gascue-Odieta, y una mujer avisó a los militares. Vinieron a por nosotros, pero, antes de devolvernos al fuerte, la señora nos dio el mejor manjar que he probado en mi vida, un plato de sopa, ¡con fideos!".

Al principio, los presos son enterrados en fosas comunes en cementerios de pueblos de la zona, pero los alcaldes protestaron porque ya no quedaba sitio para sus muertos y el director del penal improvisó un camposanto alrededor del fuerte. Según Carratalá: "Cada día se moría de hambre ahí una persona y la teníamos que enterrar, meterlo en la nieve durante el invierno, hasta que venían a buscarlos. Y a esos los llevaban a ese cementerio. Aquello fue un sufrimiento tremendo".

Cuando el penal se convierte en hospital, entre 1.942 y 1.945, hay constancia de la muerte de 131 presos, la mayoría por tuberculosis, que son enterrados en el cementerio del fuerte, pero no hay cruces ni lápidas como es usual en un camposanto. Eran enterrados con una botella entre las piernas, que dentro contenía un papel que recogía su nombre y las causas de su condena y muerte. Por esto pasa a ser conocido como "el cementerio de las botellas". Se les enterró en filas de 5, y estaba preparado para enterrar a unos 400.

En 2.007, comenzaron a exhumar los cadáveres de las laderas de la prisión. El origen de estas exhumaciones está en los papeles hallados por Roldán Jimeno a su padre, el historiador Jimeno Jurío, en los que se indicaba la existencia de un cementerio en la ladera de San Cristóbal y que fueron corroborados por autoridades militares y eclesiásticas.

Entre los descubrimientos, ha aparecido, entre las tibias de un esqueleto, una botella de jarabe con el nombre y los apellidos del muerto. El tapón de rosca de la botella y un fragmento de periódico enrollado que llevaba dentro ha permitido conservar en su interior un documento del penal en el que el 26 de diciembre de 1.943 un funcionario anota que Andrés Gangoiti Cuesta fallece en esa fecha por una tuberculosis pulmonar, era el preso número 42, con 23 años de edad, soltero, marino de profesión, natural de Gorliz (Vizcaya) y vecino de Bilbao. Hijo de Lorenzo y de Lucía, condenado a la pena de 30 años por un consejo de guerra celebrado en San Sebastián por el delito de adhesión a la Rebelión.

En otros 6 cuerpos exhumados hasta ahora, han aparecido botellas también pero de vidrio y los antropólogos creen que tenían el tapón de corcho, que se pudrió con la humedad,  por lo que no se han conservado los documentos de su interior.

En octubre de este año, el grupo Barricada lanza el single de su nuevo álbum, llamado "por la libertad", inspirado en el cementerio de las botellas. Os dejo el videoclip, en el que además, salen familiares de fusilados y represaliados:


Fuentes: El País.com, BBC MundoWikipediaAsociación para la rec. Memoria Histórica, Diario de Navarra.es


viernes, 2 de mayo de 2014

¿Qué empresas usaron a esclavos del franquismo?

La explotación económica de los vencidos llevó a la dictadura franquista al extremo de emplear a más de 400.000 presos políticos como trabajadores forzados.
Compañías públicas y privadas –algunas cotizan en el IBEX 35– resultaron beneficiarias de mano de obra gratuita en la mayoría de sectores productivos.
El trabajo esclavo forma parte de la querella argentina contra los crímenes del franquismo y la Ley de Memoria Democrática prevé hacer "copartícipes" de la "reparación" de los reclusos a las "organizaciones" implicadas.
El franquismo llegó al extremo de usar presos políticos como esclavos. Fiel a la explotación económica de los vencidos como "botín de guerra". Había que "reconstruir" el país y... ¿qué empresas emplearon mano de obra gratuita durante la dictadura? La iglesia, el ejército sublevado e instituciones públicas. Pero no sólo. Entidades privadas de casi cualquier sector se beneficiaron del empleo de más de 400.000 reclusos en régimen limítrofe a la esclavitud. Algunas cotizan hoy en el IBEX 35, herederas de aquellas actividades primigenias o extirpadas de su germen económico.
Para sortear la muerte por hambre o enfermedad, plato diario en las cárceles franquistas, incluso había detenidos que solicitaban su traslado a batallones de trabajadores forzados. BanúsHermanosSanRománHuarteAgromán o Dragados y Construcciones. Estas compañías, y otras muchas, aprovecharon la oportunidad que ofrecía el entramado diseñado a lomos de presidiarios "para alzar sus imperios económicos durante la dictadura franquista". Unos redimían condena, otros obtenían réditos de otro modo impensables. Así reza en el marco de la querella argentina que María Servini de Cubría instruye desde el Federal 1 de Buenos Aires, a denuncia del grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA) . Y en la ley andaluza de memoria, que plantea hacer a estas y otras muchas empresas "copartícipes" de la "reparación" de esas víctimas.
"Botín de guerra" para los golpistas
"Ferroviarias como NorteMZARenfe, constructoras como EntrecanalesSan RománHuarte oBanús, mineras como DuroBabero, transformadoras de metales como Babor WilckokAstilleros de CádizLa Maquinista Terrestre". Una relación que el director científico del proyecto Todos (…) los nombres, José Luis Gutiérrez Molina, completa con "órdenes religiosas, ayuntamientos, confederaciones hidrográficas y diversas administraciones de Justicia o gubernativas". "¿Números? Más de 400.000 presos susceptibles de ser utilizados, en Andalucía más de 100.000", enumera. Los derrotados, "botín de guerra" para las fuerzas golpistas.
Eran "trabajadores, jornaleros y campesinos", en gran parte, y debían cargar con el "esfuerzo de la reconstrucción" del país. Una tarea abierta hasta 1956 que el coautor del libro El Canal de los Presos. Trabajos forzados: de la represión política a la explotación económica cuantifica en "al menos 800 millones de euros". "Desde el pequeño taller a la gran industria vasca, catalana o andaluza –cuenta Gutiérrez Molina–, no hubo sector industrial, comercial, agrario o de servicios que no contara, en mayor o menor número, con trabajadores esclavos".

El anteproyecto de Ley de Memoria Democrática de Andalucía señala (artículo 19): "Reparación por trabajos forzados. La Administración de la Junta de Andalucía impulsará actuaciones para hacer copartícipes de las medidas de reconocimiento y resarcimiento a las organizaciones que pudieron utilizar los trabajos forzados en su beneficio". El Gobierno autonómico, con el nuevo marco legal que reconoce la mano de obra esclava en trámite, no desvela aún cómo motivará la participación de las empresas implicadas.
Empresas implicadas que no reconocen el "abuso"
¿Quién debe responder por esos delitos? "En el caso de Alemania las empresas pagaron, pusieron la mitad del fondo de indemnizaciones y la otra la puso el Estado", compara el coordinador de RMHSA, Cecilio Gordillo, que declaró por videoconferencia en febrero ante la justicia argentina y sugiere "candidatos a ser convocados por la juez Servini". Caso de "Florentino Pérez, de Dragados y Construcciones (ACS), José Manuel Entrecanales, de Entrecanales y Távora (Acciona), Gonzalo Ferre, deInfraestructuras Ferroviarias (ADIF), Julio Gómez-Pomar, de Renfe y Juan Miguel Villar Mir, de Huarte(OHL)". Actuales responsables de empresas, "o sus antecesoras", señala, que nunca reconocieron el "abuso". Como publicó Financial Times Magazine en el año 2003.
eldiario.es/andalucia se ha puesto en contacto con estas empresas, que han declinado hacer declaraciones al respecto. "No haremos ningún comentario sobre ese tema", una respuesta repetida que se extendió en la mayoría de los casos al momento en que, en teoría, la ley andaluza de memoria les conmine a participar en el reconocimiento a los trabajadores forzados. En ningún caso se negó la participación de las "antecesoras" de estas compañías e, incluso, hubo solicitud de información a este periódico "para conocer un poco más en qué consiste todo eso".
En sectores como la minería y la construcción, los presos fueron "imprescindibles". "El número de pantanos inaugurados por Franco, sin la mano de obra esclava, hubieran sido muchos menos, lo mismo que las líneas férreas, carreteras o aeropuertos", relata Gordillo. Obras, también, como el Valle de los Caídos. Para administrar los campos de concentración convertidos en "empresas de trabajo temporal", el régimen creó –el 11 de octubre de 1938– el Patronato Central de Redención de Penas por el Trabajo (PCRPT).
En su organigrama cabían, describe Gutiérrez Molina, "funcionarios de prisiones, de prensa y propaganda, un eclesiástico, un contable, varios ingenieros, auditores generales de los tres ejércitos y de los organismos públicos que más trabajadores empleaban". Como el Servicio Nacional de Regiones Devastadas, empresas ferroviarias intervenidas, el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas y la Compañía de Caminos de Hierros del Norte. Por cada día de trabajo, un preso redimía dos de pena. El Estado, que cobraba una cantidad a la empresa beneficiaria, pagaba un jornal –"aunque no siempre cumplía"– del que descontaba la comida y la ropa del recluso.
Empresas que solicitaron trabajadores forzados
En Franquismo y trabajo esclavo, una deuda pendiente, el investigador José Luis Gutiérrez Molina expone una relación de 90 empresas que solicitaron y les fueron concedidos penados como mano de obra forzada. Una treintena corresponden a organismos oficiales, once a la iglesia católica, ocho al Ministerio del Ejército y el resto a compañías privadas y una institución benéfica (Fundación Elorz).
Instituciones públicas que usaron presos: Secretaría General del Consejo de Estado, Astilleros de Cádiz, Consejo Superior de Protección de Menores, Sindicato Nacional del Espectáculo, Regiones Devastadas de varias provincias, gobiernos civiles, direcciones generales, ayuntamientos… además, entre otras, de la Fundación Generalísimo Franco y la Jefatura de FET de las JONS en Lérida.
La iglesia reclamó trabajadores esclavos para obras en parroquias, conventos y otros edificios de Madrid, Barcelona, Cuenca, Murcia o Valladolid. Como empresas privadas, aparecen relacionadas con la metalurgia (Múgica, Arellano y Cía.Babock WilcokLa Maquinista Terrestre y MarítimaTalleres Mercier o Industrias Egaña), la minería (Carbones AsturianosMinera Estaño SilledaDuro FelgueraMinería Industrial Pirenaica o Minas de Sillada), la construcción (Sociedad Constructora Ferroviaria oIbérica de Construcciones y Obras Públicas), agricultura, mecánica, zapatería, espartería y fábricas de muebles, cristal, guantes o alpargatas.
El propio autor, junto a Dolores Martínez, en El trabajo esclavo de los presos políticos del franquismo en Andalucía, repasan los campos de concentración y trabajo instalados en la región, con el número de reclusos que acogieron y las fechas en que estuvieron activos. Además, establecen un listado con la relación de obras en que intervinieron prisioneros, presos y penados en Andalucía entre 1936 y 1956. Una lista casi interminable "que no se ha estudiado a fondo".