sábado, 3 de enero de 2015

Prensa libertaria y cenetista en el exilio.



Apenas terminado el ciclo de opresión alemana en Francia, en el atardecer de 1944, apareció en Toulouse el semanario “CNT” dirigido por Felipe Alaiz, y en París también salió, cuatrimestral, “Solidaridad Obrera”, a cargo de Cánovas Cervantes. A no tardar apareció “Ruta”, también semanalmente, órgano de las Juventudes Libertarias y conducido por Benito Milla. Debido al entusiasmo libertario suscitado por la inminente derrota de Hitler, amigo y protector del general Franco, estas publicaciones alcanzaron tiradas apreciables, pudiéndose cifrar en 27.000 ejemplares la de “CNT”, en 28.000 la de “Soli”, y en 12.000 la de “Ruta”.

Paralelamente a estas actividades periodísticas, la organización confederal instaló una “Radio CNT” en los montes Pirineos, en cierto modo itinerante para no ser localizada. En este servicio estuvieron Juan Ferrer, redactor, y Mariano Martínez, locutor, que ya lo había sido en la 26 División. Por motivos de improvisación e inestabilidad, esta radio, destinada a vocear sobre España, no rindió todo el resultado apetecido. Sin embargo, tras la reparación de tanda, se hacía apreciar en las zonas más próximas de Cataluña y Aragón, habiéndose incluso polemizado con el locutor de Radio Zaragoza. Esta modalidad de la propaganda oral, terminó sus días sin pena ni gloria en la Colonia Aymare, situada en el departamento del Lot. Sus antenas de 20 metros no alcanzaban las altitudes pirenaicas, y ante la autoridad francesa no se podían justificar ni como secadero de ropas...

Fugaz Impulso

“CNT” fue veleidosa en su primer tiempo por la pátina confederal descendente que trató de imprimirle el secretariado de la CNT exiliada. Sintiéndose incómodo por esta causa, Felipe Alaiz se ausentó del periódico, fundando, un tiempo después, en unión de IIdefonso González, la publicación “Impulso”, que debía desbancar al portavoz "reformista" de la Confederación. Desaparecido “Impulso” y normalizada la conducta del secretariado, Alaiz se reintegró a “CNT”, hasta que en 1947 renunció al cargo, que provisionalmente ocupó Juan Ferrer hasta ser confirmado en su misión por un Congreso confederal celebrado en el Cours Dillon de Toulouse. En varios lapsus ocurridos en la dirección del periódico, éste fue conducido por Miguel Chueca.

Aquí llegados, precisa aclarar una ocurrencia. Por encargo del secretariado, “CNT” fue trasladado a París. ¿Motivo exacto? El periódico había descendido a 13.000 ejemplares y los empleados en el mismo éramos nueve: director, ayudante de redacción, administradores primero y segundo, redactor artístico, y cuatro oficinistas. Fuerte gravamen que ponía en peligro la existencia del periódico. Se invitó a ese personal a trasladarse a la capital de Francia, a lo que sólo se avino el director. El resto del personal se quedó en Toulouse como estaba previsto. Artífices de ese cálculo, aceptado por todo el secretariado: Juan Puig Elías y Benito Milla. Al ilustrado y viejito D. Diego (sub-director) traté de llevármelo a París sin conseguirlo, cosa que sentí. Lo tomó a su cargo SIA.

En “CNT” colaboraron conmigo escritores del fuste de Piedra Vázquez, M. Chueca, G. Esgleas, Alberto Carsí, Felipe Alaiz, J. Patán, Mingo, J. Peirats, Viladomiu y otros, además del agudo caricaturista Juan Call. En 1954 me sucedió Peirats en la conducción de “CNT”, y dos años después lo reemplazó Federica Montseny. En 1960, por causas que se explicarán más adelante, “CNT” pasó a ser “Espoir”; sedicentemente órgano de la AIT, sección francesa. Actualmente “CNT” lleva treinta y cuatro años de existencia ininterrumpida, igual que su gemelo “Solidaridad Obrera”. Dos casos de longevidad muy notables y que no tienen parejo con la menor actividad publicitaria de los otros sectores sociales o políticos del exilio.

“Solidaridad Obrera” se distinguió desde el principio por su combatividad contra el franquismo y el bolchevismo. Su redacción era buena por contar con las excelentes plumas de Cánovas Cervantes, Ezequiel Endériz, García Birlán, García Pradas, José M. Puyol, Gastón Leval, más el caricaturista García Gallo, actualmente el "Coq" que colabora en revistas aristocráticas. Después de Cánovas, el director de “Soli” fue Antonio Casanovas, sucediendo a éste F. Gómez Peláez, que en la época se encarnizó contra la fracción disidente que en el Congreso confederal de París (1945) se negó a renunciar a la táctica ministerialista adoptada por la CNT en 1936, por motivos de guerra. El último director de “Soli” fue Juan Ferrer, entrado en ella en 1955, a ruegos de la Organización Zona Norte. En 1960 convertimos el semanario en la publicación mixta actual bajo el título de “Le Combat Syndicaliste” por supresión autoritaria de nuestro vocero tradicional. El ministro español Castiella visitó al gobierno francés, obteniendo de éste la suspensión drástica de “Soli”, “CNT” y “El Socialista”. El intento repetido de suceder “Soli” con “Solidaridad” simplemente, y a continuación con “Boletín Confederal”, “Boletín Informativo”, y “Boletín”, fracasó por la tenacidad negativa de la policía. No hubo más remedio, pues, que resignarse a la mixtura galo-española que había significado y viene significando “Le Combat Syndicaliste”, órgano de la CNT francesa.

Durante los 21 años que estuve en “Le Combat-Soli” disfruté la colaboración valiosa de José Viadiu, IIde, Camacho, Borraz, Federico Baldó (del Interior), Patán (del Interior), E. Carbó, Alaiz, Galindo, García Birlán, A. Samblancat, Puyol, G. Gracia, Alvarez Ferreras, F. Ferrer, M. Alcón, Casellas, C. Parra, M. Sánchez, Volga Marcos, R. Serarols...

Ruta, marcó época

“Ruta”, portavoz de la FIJL, estuvo a cargo, desde el principio al fin (1945-1960), de Benito Milla, escritor pulcro, que actualmente no debe recordar su bohemia del exilio. Este periódico consiguió marcar época y en él estaban, que recordemos, el indicado Milla, Germinal Gracia, Cristóbal Parra, L. Sarrau, D. Camacho, Raúl Carballeira y Téllez. Con la circunstancia de que varios de estos redactores fueron a ejercer resistencia en Cataluña, injertando también “Ruta” en aquel peligroso terreno. Durante unos años, “Ruta” exiliada se imprimió, de consuno con “Soli” y “CNT”, en la imprenta de Picavea cercana al Folies Bergére, en París. A “Ruta” le cupo morir en belleza, más por prohibición autoritaria que por carencia absoluta de fondos. Su colección ha de ser un tesoro para quien la posea.

“Solidaridad Obrera” tuvo edición africana durante unos años (del 1945 al 1948) en Orán, habiendo intervenido en ella Isabel del Castillo, Pérez Burgos, José María Puyol, Pedro Herrera y Muñoz Congost. Las características de esta “Soli” fueron la idealidad y la capacidad expositiva. De sus páginas partió la idea (consumada) de erigir una lápida a Miguel de Cervantes Saavedra en la cueva de Argel donde estuvo escondido para burlar el cautiverio. Este recuerdo emotivo levantado en loor al príncipe de las letras españolas, fue mancillado por una banda de falangistas irresponsables.

También Méjico tuvo su “Soli”, a partir de 1944 hasta (intermitentemente) 1960. La dirigía José Viadiu y en ella colaboraron toda suerte de compañeros sin distingos partidistas. Hasta que el encono subió de punto y la publicación perdió derecho de vida. En esta “Soli” y en la revista “Estudios Sociales”, que alcanzó ocho números, Viadiu realizó una obra de enjundia. Suponemos que ambas publicaciones alguien las tiene guardadas.

Tierra y Libertad, puro grito

“Tierra y Libertad” (conjunción del grito de R. Flores Magón y de T. y L. de Barcelona), también merece alta estima por la labor desarrollada y la constancia de los compañeros en mantener ese paladín de las ideas ácratas. Nacido, creemos que en 1944, T y L sigue publicándose, diríase que mensualmente, con la originalidad de dar a luz trimestralmente un número revista de gran relieve artístico, al propio tiempo que doctrinario. En T y L se dan las firmas de B. Cano Ruiz, M. Alcón, J. Viadiu, Viadiu Ródenas, Guilarte, Negro Andrade, Campio Carpio, Stefan Baciu, y muchísimos otros, marcando el trayecto de una larga existencia. La característica de T y L es su carácter internacionalista, que abarca preferentemente la cohesión libertaria de la América Latina.

Quedan otros títulos a marcar, como la fugaz revista “Universo” de Federica Montseny, el boletín libertario en catalán “Terra Lliure”, que sigue publicándose en París; una publicación libertaria que en los años 45-46 apareció en Rennes, y otros intentos igualmente esporádicos.

Ejemplo de perennidad y cultura lo da la revista “Cenit”, apareciente en Toulouse desde el año 1956, en la cual actualmente se ejercen Miguel Celma, Federica Montseny y Ramón Liarte. Nació en la redacción de “Soli” de París tras reunión de la comisión de cultura formada por Soto y Gómez P. de “Soli”; Ferrer y García Birlán, de “CNT”; Benito Milla, de “Ruta”; Felipe Alaiz, Bernardo Pou y Elías en nombre del secretariado confederal. El primer director fue García Birlán, y con la conducción de Federica, Celma y Liarte, la revista “Cenit” sigue publicándose, cada dos meses, visiblemente superada. Por turno mensual la habían confeccionado Montseny-Ferrer-Peirats, sin resultado apreciable. Cada número cambiaba de fisonomía.

“Soli”, bajo la égida de Gómez Peláez, inició la publicación de un “Suplemento Literario de Solidaridad Obrera”, mensual que logró mucho crédito por las colaboraciones escritas y las ilustraciones que publicaba. Este director alcanzó hasta el número 31, tomando la sucesión del suple J. Ferrer, que al llegar al número 96 se vio precisado a dar a este suplemento el nombre de “Umbral” por el inconveniente ocurrido a “Soli”. Para fijar la importancia literaria adquirida por la revista “Suplemento- Umbral” (de Umbral se cuentan 101 números) bastará dar una relación de los colaboradores insertos en sus páginas: Vidal y Planas, E. Zamacois, Campio Carpio, F. Valera, J. Viadiu, V. Marcos, Avenir Rosell, R. Estrada, A. Samblancat, Alaiz, F. Avila, Ferrándiz Alborz, Carmona Blanco, Avila Echazú, F. Moro, E. Armand, Prado Rodríguez, Abarrátegui, G. Oliván, Hem Day, Luis di Filippo, Murillo y Vacareza, J. Uriel García, C. M. Rama, León Felipe, O. C. Echazú, Vega Alvarez, J. Giraud, F. Alvarez Ferreras, H. Guzmán Arce, E. Relgis, Marcos Ana, P. Bosch Gimpera, Fontaura, Luis Capdevilla, G. Gracia, A. Camín, B. Milla, Mendieta Núñez, Antenor Orrego, F. Alegría, A. Iduarte, Puyol, John dos Passos, M. Swadesh, A. Gerbi, Alban Rosell, M. Suárez Miraval, Chicharro de León, F. Caravaca, D. A. de Santillán, Rosa Castro, Quezala Gochi, P. Carbó, Alex Comfort, Gustavo Cochet, R Saavedra, C. D. Otero, Max Aub, J. Icaza, Puig Espert, I. Fabela, Albert Camus, D. Iglesias, D. Forestier, A. Lorulot, A. Lapeyre, F. Montseny, Sol Ferrer, J. Peirats, L. Sarrau, J. Alberola, Costa Iscar, Rosa Arciniega, Lewis Mumford, E. Vuillermoz, G. Trillas, Dr. J. Lazarte, J. Pahissa, R. Asso, Del Amo, G. Tella, Mario, Lamolla y muchos más, abarcando todos los aspectos del saber.

Frente Libertario, envés
Afectando a la disonancia confederal apareció, durante años, “España Libre” defendiendo el absurdo lema "Con España o contra España"; y mucho más acá, con motivo de una segunda sangría, vio la luz “Frente Libertario” encontrándose en él, paradójicamente, Gómez Peláez, y en plano secundario el ex integérrimo Ilde González. Sin esos déficits unitarios, la CNT de España en el exilio hubiese tenido un hacer mucho más positivo.

Queda por mencionar la labor editorial libertaria acometida desde “Universo”, “Soli-Umbral”, “Tierra y Libertad” de Burdeos y Méjico, Secretariado de la CNT, más la ópima labor de algunos particulares, habiendo dado, el conjunto, un número apreciable de folletos, libros e ilustraciones. Ha habido también exposiciones de arte y sobre la guerra de España, todas ellas muy conseguidas.

Creemos, pues, que en el exilio no hemos perdido todo el tiempo.

Juan Ferrer en “Historia Libertaria” nº5, mayo-junio de 1979



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