jueves, 23 de febrero de 2017

30.000 ANARQUISTAS MUERTOS POR LENIN Y TROTSK E HISTORIA: LA REBELIÓN DE KRONSTADT CONTRA EL BOLCHEVISMO



Un 7 de  marzo de 1921, 30.000 mil anarquistas fueron exterminados por órdenes de Lenin y su jefe de la represión, Trotsky. Los revolucionarios rusos fueron traicionados por el partido bolchevique, que dio un golpe de Estado dentro de la Revolución. La rebelión de Kronstadt fue el símbolo de la resistencia popular frente al totalitarismo que iba imponiéndose, fue la colisión entre dos maneras de entender el comunismo que venía ya de atrás, la manera libertaria y antiautoritaria (anarquista) y el modo autoritario y centralista (marxista). Reproducimos un artículo de El Refractario que recuerda estos hechos de los que hoy se cumplen 92 años, inaugurando así una sección de efemérides que iremos insertando en EL GOMERU porque, “el que olvida su pasado, está obligado a repetirlo”. Os invitamos también a leer en PDF los libros de Paul Avrich: Kronstadt 1921 y de Alexander Berkman, ABC del Comunismo Libertario que dedica un amplio capítulo a esta rebelión.

Tras la Revolución de Octubre de 1917, con el golpe de mano del Partido Bolchevique haciéndose con el poder del Estado, dos posturas revolucionarias movían el espíritu de los proletarios. Por una parte se enmarcaban las tesis de los bolcheviques partidarios de una concepción centralizada del poder y la sumisión de todos los aparatos económicos, políticos y sociales a la disciplina del partido y del Estado. Frente a ellos se concentraba una concepción federalista de la sociedad donde los proletarios y campesinos directamente llevarían su vida y gestionarían la política, la economía y lo social. Esto seria el socialismo de acción, EL ANARQUISMO. Junto con la guerra civil rusa (1918-21) que se estaba llevando adelante, el gobierno bolchevique procedió a la purga de los elementos hostiles a su política, entre ellos los Anarquistas. A través de la La Cheka, policía política de Lenin, se procedió a la detención de todos los elementos que tuvieran bajo la dirección del partido, cuando también se procedió a su EXTERMINACIÓN.

A raíz de esto, junto a medidas económicas que se implementaban desde el llamado comunismo de guerra, se produjeron diversos alzamientos fruto de ese malestar. En este panorama se produce el alzamiento de Kronstadt (que junto con el ideal de Makhno son las luchas por el socialismo libertario).

Kronstadt protestaba por la falta de libertad y de oportunidades que el gobierno bolchevique ofrecía. Sus reivindicaciones se limitaban a pedir soviets libres, libertad de prensa y reunión para todos los grupos socialistas y la libertad de los presos políticos social-revolucionarios y anarquistas. También pedían que los bolcheviques no ejercieran más poder sobre el proletariado sino que fueran los trabajadores mismos los que dirigieran y administraran su producción y su vida. El lema de Kronstadt era: ¡Viva Kronstadt roja con el poder de los soviets libres! Se constituyo un soviet en los acorazados Petropavloks y Sebastopol, teniendo como personajes mas destacados a los simpatizantes anarquistas Petrichenko y Perepelkin. Como se ve sus reivindicaciones eran justas, enmarcadas dentro del proyecto socialista y libertario.

Leer Kronstadt 1921 de Paul Avrich

Pero sin embargo frente a las antes mencionadas tesis benevolentes se alzo un aparato burocrático-estatal que bajo la capa del socialismo ahogo la verdadera revolución. El gobierno bolchevique, sobre todo con Trotzky y Zinoviev a la cabeza, monto una campaña de difamación contra Kronstadt con el objetivo de atacar la revolución. Trotzky, dirigente del Ejercito Rojo y comisario de Asuntos Exteriores, en 1917 afirmo que Kronstadt era “la flor y nata de la Revolución”, para cuatro años después tacharla como “la canalla contra-revolucionaria”. Se empezó a afirmar que Kronstadt iba a vender Rusia a los ejércitos blancos del zar, que la sublevación estaba dirigida por zaristas y que solo era una maniobra contra-revolucionaria de social-revolucionarios y mencheviques contra la Rusia bolchevique. Todo era una campaña de mentiras ante el temor a la verdadera revolución que iba a destronar definitivamente a los nuevos zares. Bajo unos falsos planes de negociación se estaba gestando el ataque. Ante las palabras de Trotzky “os aplastaremos como perdices”, los anarquistas de Petrogrado, Emma Goldman, Alexander Berkman, Perkus y Petrovsky dirigieron un escrito a Zinoviev para la acción. Pero nada es posible. Todo el partido bolchevique esta de acuerdo en que habia que aplastar Kronstadt. Y ese ataque tenia que ser inmediato, pues si se llegaba a la época del deshielo seria imposible atacar. Así pues, el 7 de marzo de 1921, a las 18:45 horas, Trotzky, Toutjachevsky y Dibenko dieron la orden de bombardear. Aunque Kronstadt resistió, el 18 de marzo los bolcheviques la toman definitivamente.

Fue el fracaso de la revolución. Los verdaderos contrarrevolucionarios eran aquellos que decían defender la revolución soviética. Tras el fracaso de Kronstadt la represión continuo y, con la llegada de Stalin al poder pocos años después, se multiplico. Paginas tan brillantes como la de Kronstadt solo se escribiera con la epopeya de Makhno en Ucrania y sobre todo con la Revolución Social Española de 1936. Que Kronstadt no quede en el olvido. Que aquellos luchadores no eran contrarrevolucionarios como los marxistas los presentan, sino combatientes por un ideal de justicia. En la mente de muchos, ejemplos como el de la revolución de Kronstadt siguen y seguirán latentes.

Historia: La rebelión de Kronstadt contra el bolchevismo

El 7 de marzo de 1.921 comenzaron a caer obuses sobre Kronstadt, ciudad que Trotsky había bautizado como “el orgullo y la gloria de la Revolución Rusa”. El ataque artillero preparaba el asalto de más de 50.000 soldados que el gobierno bolchevique había concentrado en Petrogrado para ahogar en sangre la según los bolcheviques “traición, urdida por zaristas, espías franceses y dinero finlandés”.

¿Qué era Kronstandt?

Una ciudad fortificada y base naval, mandada construir por el zar Pedro el Grande en el siglo XVIII y en la isla Kotlin, en el golfo de Finlandia. Defendía el acceso a Petrogrado, situada a 30 kilómetros, y a la parte norte del país. Era el núcleo de la flota rusa del mar Báltico, la más numerosa e importante. Rodeada de fuertes secundarios y baterías navales se comunicaba en invierno mediante caminos trazados sobre la gruesa capa de hielo que recubría el golfo. La construcción más emblemática de la ciudad era la Plaza del Ancla, preparada para desfiles militares y más tarde utilizada para inmensas asambleas, capaz de albergar 30.000 personas, casi el total de la población en los momentos que nos ocupa. Estaba habitada por los marineros de la flota del Báltico, residentes en grandes cuarteles; por los soldados de la guarnición, mayormente artilleros; por varios miles de obreros de los arsenales e industrias auxiliares y por funcionarios, comerciantes, artesanos y sus respectivas familias.

Tradicionalmente los marinos se reclutaban entre los obreros más calificados, los más políticamente avanzados. Además tenían facilidad para conocer otros países y la diferencia entre sus regímenes y la brutal opresión de la monarquía zarista, podían establecer contactos con las ideas y programas de grupos políticos exteriores y rusos emigrados y además podían hacer circular, pese a la severa disciplina y vigilancia, literatura prohibida en su país. Por otra parte les contagiaba la proximidad de San Petersburgo, luego Petrogrado, donde la vida política e intelectual era intensa y la actividad de grupos revolucionarios se desarrollaba entre los obreros y los numerosos estudiantes universitarios provocando manifestaciones y tumultos periódicos.

La concienciación y compromiso de los marineros de Kronstadt se evidenció en las serias revueltas de 1.905, 1.906 y 1.910, duramente reprimidas, y sobre todo en la revolución de 1.917. Los grupos bolcheviques, socialistas revolucionarios, anarquistas, maximalistas y sindicalistas, bien organizados, ejercían una profunda influencia en la población y la energía desatada situó a Kronstadt en la vanguardia de la revolución, ayudando a los bolcheviques a tomar el poder y a merecer toda clase de elogios por parte de los nuevos dirigentes.

El contexto general

A comienzos de 1.921 se podía dar por terminada la guerra civil . Los ejércitos blancos habían sido derrotados, el gobierno menchevique de Georgia estaba sometido y los últimos restos de las milicias anarquistas ucranianas se batían a la desesperada, con su líder, Néstor Makhno, herido y acorralado. Sin embargo, una profunda crisis económica se extendía por el país; las comunicaciones no se restablecían adecuadamente, la industria estaba paralizada y la producción agrícola había disminuído drásticamente.

Durante la guerra el gobierno bolchevique había impulsado una política económica de férreo control estatal, el llamado Comunismo de Guerra. La vida pública estaba prácticamente militarizada y sometida a todo tipo de controles y en los aspectos económicos este control era asfixiante. Los instrumentos principales de esta política eran los zagraaditelnye otriady, destacamentos armados que efectuaban las requisas y confiscaciones, muchas veces verdaderos expolios, a los campesinos y que rodeaban las ciudades para evitar el comercio no controlado, sus actuaciones eran a menudo brutales y arbitrarias; además se había organizado una eficaz policía política para aterrorizar a los disidentes y descontentos, la Cheka, que no dudaba ante el asesinato y la tortura. La situación del campesinado era similar a la esclavitud feudal zarista, sobre todo en las granjas estatales, los Kolzsjos; los obreros industriales estaban obligados a jornadas de trabajo extenuantes, dada la caída en picado de sus salarios, que sin embargo no les procuraban medios suficientes de subsistencia. Los sindicatos también estaban controlados y las protestas eran reprimidas como actos de traición. Con el final de la guerra cabría esperar el cambio de esta política, pero esto no se produjo. Los disturbios y las huelgas se extendían espontáneamente por las principales ciudades, sobre todo Moscú y Petrogrado en demanda de mejoras económicas y de la vuelta de las libertades conseguidas al comienzo de la revolución. La respuesta del gobierno bolchevique fue el envío y despliegue de tropas, liberadas por el cese de los combates, y carta blanca para la actuación de la cheka, como ocurrió en Petrogrado.

La actitud de Kronstadt

Kronstadt ya había tenido fricciones con el gobierno bolchevique. Fue de las primeras ciudades en nombrar su soviet, su propia milicia y sus comités populares para organizar autónomamente la vida en los barcos, las fábricas, la distribución de alimentos, el aprovechamiento agrícola de las tierras circundantes… El eje sobre el que giraba la sociedad kronstiana era la Plaza del Ancla, sede de multitudinarias y activas asambleas. La burocracia centralizada orquestada por el nuevo poder chocó con este sistema de vida, la firma del tratado de Brest-Litovsk, entre Lenin y el gobierno alemán, que significaba la renuncia a la extensión de la revolución, irritó a la población. Los marinos vieron además catastrófica la reorganización militar decretada por Trotsky para poner en pie el Ejército Rojo y que abolía el poder de las asambleas en los barcos y reinstauraba la disciplina y jerarquía anteriores, precisamente la revolución había sido posible por el arresto y ejecución de buena parte de los antiguos oficiales. El carisma de los bolcheviques declinaba y miles de marinos abandonaban el partido. El soviet de Kronstadt se vaciaba de bolcheviques y acogía un mayor número de socialistas de izquierda y anarquistas. Con el fin de la guerra los marineros obtuvieron permisos y pudieron comprobar sobre el terreno los estragos que el Comunismo de Guerra ocasionaba por todo el país.

Con ocasión de las huelgas y disturbios en Petrogrado, Kronstadt envió una delegación a la ciudad y, a pesar de los obstáculos que le interpusieron, pudo constatar en toda su crudeza las condiciones en que vivían los obreros y la represión que se estaba desatando sobre ellos. El hecho de conocer que se amenazaba a los huelguistas con la marcha de los marineros de Kronstadt sobre Petrogrado para reinstaurar el orden irritó sobremanera a los 32 delegados desplazados. El 28 de febrero se celebraron tensas reuniones a bordo de los acorazados Petropavlovsk y Sebastopol, anclados en Kronstadt, que emitieron una resolución conjunta de 15 puntos. Esta resolución será refrendada el 1 de marzo por una gran asamblea en la Plaza del Ancla; la prepotencia y amenazas de los oradores bolcheviques, sobre todo los prebostes Kalinin, presidente de la República, y Kuzmin, comisario jefe de la flota, consiguieron que el refrendo fuera prácticamente unánime. La resolución contiene las bases y programa de la rebelión. Exige la celebración inmediata y generalizada de elecciones para sustituir a todos los soviets locales por soviets libres; la libertad de palabra y prensa para todos, en especial anarquistas y socialistas de izquierda; libertad de reunión de sindicatos obreros y campesinos; libertad para los revolucionarios encarcelados; cierre de las oficinas del partido bolchevique sostenidas por el Estado; supresión de los zagraaditelnye otriady y sus confiscaciones; igualación de las raciones de víveres; abolición de los destacamentos militares comunistas permanentes en fábricas o unidades militares…

Finalmente, se consumó la ruptura con las autoridades al designarse un Comité revolucionario provisional, Revkon, en tanto se celebrasen elecciones al nuevo soviet y procederse al arresto de los bolcheviques más destacados. Se comenzó a imprimir un diario, Izvestiia, cuya cabecera subrayaba “Todo el poder a los soviets y no a los partidos”. Sin embargo, hasta que no se intercambiaron los primeros cañonazos Konstradt siempre pensó que el acuerdo con los jerarcas bolcheviques era posible sin derramamiento de sangre.

La reacción bolchevique

El gobierno de Lenin, Trotsky y Zinoviev no iba a consentir el deseo de los kronstianos de encabezar esta “Tercera Revolución”. Se trató primeramente de aislar el movimiento haciendo desaparecer a las decenas de delegados de las comisiones informativas que salían de Kronstadt y formulando diversas acusaciones masivamente difundidas por su aparato de propaganda: complot de oficiales zaristas, engaño de espías de países extranjeros, entrega de la ciudad al ejército finlandés… El miedo a la extensión del movimiento y a la llegada de la primavera, que permitiría, a comienzos de abril con el deshielo del golfo, la movilidad de la flota; les determinó a aplastar militarmente Kronstadt cuanto antes. Así decretaron el arresto de todos los familiares de los kronstianos en calidad de rehenes, ejecutaron a los responsables de la escuadra aérea, que simpatizaba con el movimiento y concentraron en Petrogrado ingentes cantidades de armamento y hombres. Según revelarían los últimos prisioneros del ejército rojo, apresados por los kronstianos el 17 de marzo, no menos de 80.000 fusileros, varios miles de jinetes, 4 trenes blindados, decenas de baterías móviles…constituían el formidable aparato militar lanzado contra Kronstadt.

La caída de Kronstadt

La ciudad no era un hueso fácil de roer, sus sólidas murallas , su potente artillería y la resolución de sus habitantes alargó el asedio durante 11 días. El 7 de marzo comenzó el cañoneo de la fortaleza. Los kronstianos confiaban en un levantamiento generalizado de Petrogrado, pero la presencia del ejercitó lo imposibilitó. El ataque se vertebró sobre los Kursanty, fanáticos cadetes de las academias de oficiales del Ejército Rojo y sobre los destacamentos de la Cheka. La situación de muchos de los asaltantes fue increíblemente dramática. Como en otras ocasiones las tropas de choque las constituían principalmente mongoles y asiáticos que apenas entendían el ruso; si una unidad se negaba a atacar se la desarmaba y sus miembros enviados a presidio; si vacilaba se ejecutaba a la quinta parte de sus efectivos. La artillería de Kronstadt resquebrajaba el hielo del golfo y oleadas de asaltantes perecían en el agua helada; pero si trataban de retroceder los kursanty los ametrallaban por la espalda.

Finalmente la constante afluencia de refuerzos atacantes y la debilitación progresiva de los recursos de Kronstadt provocó que el 17 de marzo un ataque masivo de soldados envueltos en sudarios blancos consiguiera penetrar en la fortaleza. La lucha cuerpo a cuerpo se prolongó hasta el 18 de marzo en que la ciudad fue totalmente ocupada. Algunos grupos de kronstianos consiguieron abrirse paso hasta Finlandia y otros se dispersaron por la región pero la gran mayoría de los vencidos fueron ejecutados por la cheka o enviados a campos de concentración de la helada región de Arkangelsk y del Turquestán.

La aniquilación de Kronstadt fue el ejemplo de lo que los dirigentes del partido bolchevique entendían por dictadura del proletariado, fue la constatación de cómo la nueva burocracia traicionaba los ideales revolucionarios en su afán de retener el poder y eliminar toda disidencia. Pero la rebelión de Kronstadt es también ejemplo de cómo los seres humanos somos capaces, en circunstancias excepcionales, de enfrentarnos a la opresión y arriesgar la vida por un mundo mejor.




domingo, 19 de febrero de 2017

Cómo la Guardia Civil franquista mataba inocentes para conseguir ascensos



Con el título “Muertos por condecoraciones. La exhumación de una fosa común en Lugo documenta el modo de proceder de la Guardia Civil del franquismo”, el Diario Público denunció el carácter violento y represivo de la Guardia Civil durante la dictadura franquista y la impunidad con la que actuó en la comisión de asesinatos.
Si alguien sintiera realmente la necesidad de conocer la verdadera historia de la Guardia Civil, no sería precisamente su página web, vinculada al Ministerio del Interior del Gobierno de España, la que objetivamente pudiera satisfacer sus deseos de información, debido principalmente a la falta de rigurosidad histórica y a la escasez de información –por no decir nula-, que se desprende de la lectura de algunos de sus pasajes en los que la interpretación de la identificación de esta institución armada con la represión de personas y movimientos emancipadores fue realmente un hecho que actualmente, y de forma no oficial, está generalmente más que asumido, salvo para los diseñadores de la página web en cuestión.
La opinión oficial que se pretende dar en la actualidad es, y citamos textualmente, que “después de más de 150 años de existencia, la Guardia Civil constituye uno de los patrimonios más queridos y estrechamente vinculados al pueblo español, que ha visto reflejadas en su trayectoria gran parte de sus señas de identidad”, obviando que en la imaginería popular española aún perviven ciertos miedos y recelos hacia este cuerpo armado como consecuencia de actuaciones del mismo al servicio de sistemas políticos e intereses económicos que han sido resaltados en la abundante literatura española, así como en la bibliografía existente sobre la Historia de España y en diversas investigaciones realizadas en zonas geográficas definidas y períodos históricos concretos.
Como muestra, el mismo Federico García Lorca, el gran poeta universal asesinado por los golpistas de julio de 1936 -entre los que se encontraba la Guardia Civil-, había escrito entre 1924 y 1927 su Romancero Gitano en el que se incluía el “Romance de la Guardia Civil española”, captando con maestría esa imagen de los miembros del instituto armado a los que denomina “jorobados y nocturnos” con “capas siniestras” que avanzan “sembrando hogueras” en una ciudad que el autor identifica como Jerez de la Frontera -denominándola también “ciudad de los gitanos”- cuyas puertas son testigos de cómo “cuarenta guardias civiles entran a saco por ellas”. Del mismo modo, el genial novelista social Vicente Blasco Ibáñez, en su obra La Bodega (1905), realiza algunas referencias exponiendo el “odio” que los braceros del campo sentían por ella, o explicando su papel eminentemente represivo en algunos fragmentos de su obra como el que sigue: “comenzó por todo Jerez la cacería de hombres. Pelotones de Guardia civil y de infantería de línea guardaban inmóviles la entrada de las calles... y la fuerza armada sólo daba caza a las mantas, a los sombreros de campo, a los chaquetones rudos: a todos los que tenían aspecto de trabajadores...”
Visto de este modo, no es difícil pensar que el mencionado “pueblo español” de la página virtual referida sea un concepto algo ambiguo porque no acaba de definir exactamente a qué parte de la ciudadanía española alude, ya que según se interpreta de la justificación de la represión que se hace en dicho espacio, parece ser que aquella definición está bastante acotada. Prueba de ello son las palabras que preceden a la cita anterior en los siguientes términos: “A lo largo de su dilatada historia, la Guardia Civil ha prestado valiosos servicios en la lucha contra la delincuencia especializada, casi siempre con importantes resultados. Así lo demuestra el hecho de haber acabado con el bandolerismo del siglo XIX, el anarquismo de la mano negra, el anarquismo urbano, el fenómeno del maquis de la postguerra...”
Es decir, que en pleno siglo XXI, el estado español, que es incapaz todavía de asumir las responsabilidades en materia de derechos humanos, al no comprometerse directamente en la exhumación de las fosas comunes (dejándola en manos de entidades privadas dependientes de limitadas subvenciones), sí se puede permitir en cambio, y a través de la página oficial de marras, el difundir la infamia que supone la identificación de la delincuencia con los movimientos populares de liberación social, las organizaciones sindicales y las personas luchadoras por la libertad y la democracia. Al mismo tiempo, se observa un interés en mantener la existencia de mitos como el de la Mano Negra, a pesar de que la mayoría de los investigadores e investigadoras coinciden en que ello fue un montaje político-policial –en el que también participó la Guardia Civil- para reprimir y desmantelar el movimiento campesino andaluz y acabar con las protestas que generaban el hambre, el trabajo basado en la semiesclavitud y las condiciones penosas de los trabajadores del campo.
Parecido trato es el que se dispensa a las víctimas de la dictadura cuando se cita ligeramente al “maquis de la postguerra”,“lucha contra la delincuencia especializada...”
asumiendo de esta manera la justificación de la represión de la dictadura surgida como consecuencia del golpe de estado: toda una muestra de la falta de compromiso con los derechos humanos y con los valores democráticos que se maquilla con la expresión
Debemos entender, por tanto, que las víctimas inocentes muertas a manos de la Guardia Civil durante el franquismo –sin incluir las relacionadas con las del período 1936-1939 cuando, salvo excepciones, se involucró al máximo desde el primer momento del "putsch" militar de julio-, también estaban encuadradas en esa terminología tan especial que se escoge para esconder el verdadero fondo del asunto.
Asimismo, recientemente hemos sido testigos de una noticia relacionada que no ha llegado a tener la trascendencia y el espacio mediáticos que realmente correspondería a un asunto de estado como el que tratamos. Una cuestión que en realidad no interesa airear mucho, aunque conlleve intrínsecamente un énfasis por realzar sucesos con unos niveles de gravedad importantes, como son las violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte de los cuerpos de seguridad del estado español durante el período de la dictadura. Con el título “Muertos por condecoraciones. La exhumación de una fosa común en Lugo documenta el modo de proceder de la Guardia Civil del franquismo”, el Diario Público denunció el carácter violento y represivo de la Guardia Civil durante la dictadura franquista, y la impunidad con la que ésta actuó en la comisión de asesinatos.
Como consideramos que el contenido de esta información ha de ser difundido por la magnitud del tema, hemos preferido transcribirlo literalemente. El artículo en cuestión dice así:
“Desde hace algunos años, cada vez que aparecen cuerpos con signos de violencia en una fosa común del franquismo, se interpone con frecuencia la correspondiente denuncia en el juzgado pertinente.
Este modo de proceder se instauró a partir del año 2000, cuando se abrió la primera fosa con métodos científicos en Priaranza del Bierzo (León), pero nunca ha dado los resultados esperados. Por añadidura, desde que la Audiencia Nacional declarara a Garzón incompetente para investigar los crímenes del franquismo, pocos jueces se han atrevido a dar pasos que conduzcan al esclarecimiento de estos delitos.
En el caso de la fosa de la aldea de Vilavella (Lugo), en la que el pasado agosto se rescataron los cuerpos de tres guerrilleros antifranquistas procedentes de León, el juez que se personó en la exhumación decretó el sobreseimiento del caso alegando que
 'no aparece justificada la perpetración de delito' y que el 15 de noviembre de 1943, tras 'la autopsia practicada', se procedió a un 'enterramiento legal', ya que la Guardia Civil dejó constancia de 'la inscripción de sus defunciones en el registro civil de Triacastela'.
'Se daban casos en que las muertes producían ascensos y condecoraciones'
Muertes sin combate 
'En 1943 ya no había guerra y los asesinatos se daban amparándose en la legitimidad del régimen', explica Santiago Macías, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que trabajó en la exhumación de los cuerpos de la fosa de Vilavella y planteó la denuncia ante el juzgado de Instrucción número 1 de Becerreá.
La documentación que obra en el expediente sobre esta fosa incluye el atestado que instruyó la Guardia Civil en 1943 en el que indicaba que las tres víctimas eran
 'bandoleros buscados por sus delitos', de modo que su muerte 'no fue extrajudicial', indica Macías: 'Los mataron directamente en lugar de detenerlos'.
La particularidad de este caso reside en que a la hora de enterrarlos, 
'les identificaron mal''En la fosa exhumamos los cuerpos de Pedro Voces Canóniga, Antonio Vega Guerrero y Félix Yáñez González, tal y como demuestran los informes de identificación, pero según el atestado de la Guardia Civil de 1943 en esa fosa figuraban enterrados: Salvador Voces (hermano de Pedro) y Ovideo Peláez junto con Pedro Voces (el único en el que acertaron)'.
El juez ha sobreseído la causa alegando que el enterramiento 'es legal' '
Lo que se traduce de esta confusión es que se daban casos en los que el cuerpo armado del franquismo 
'mataba a gente que no era a quien buscaban con el objetivo de conseguir ascensos y condecoraciones', esclarece el vicepresidente de la ARMH. 'Este punto es el que debería aclarar el juez, el hecho de que en la fosa hubiera enterradas dos personas diferentes a las que figuraban en el atestado de 1943', denuncia Macías respecto al sobreseimiento del caso por parte del juez instructor de Becerreá.
Las dos personas que se encontraban enterradas en la fosa de Vilavella y que no coincidían con las del atestado de la Guardia Civil (Antonio Vega y Félix Yáñez)
 'no debían figurar en ninguna lista o bien, pudo tratarse de guerrilleros de menor peso que aquellos que estaban en el atestado de 1943', razona Macías para aclarar el porqué de la identificación errónea de los cuerpos por parte de la Guardia Civil de la época.
Este episodio da cuenta una vez más del cruel modo de proceder de los artífices de la represión franquista. 
'Cuanto más buscada era la víctima, mayor era la recompensa que recibía el responsable de su muerte', indica Macías para dar mayor luz sobre estos episodios documentados.
Tras la exhumación, el juez de Becerreá recibió todas las pruebas recopiladas por el equipo que trabajó en la fosa y que constataban el error en las identidades de los cuerpos pero el titular del juzgado, 
'que podía haber pedido las pruebas de ADN', recalca Macías, se ha limitado a indicar que el 'enterramiento es legal' y que 'no hay pruebas suficientes del delito'.
Finalmente, no se nos ocurre una mejor forma de homenajear a las víctimas que recordar en esta ocasión la memoria de una de ellas mediante su poesía y su arte. Nos referimos en este caso a Federico García Lorca:
Romance de la Guardia Civil española……..continua



domingo, 12 de febrero de 2017

Francisco Solar y Mónica Caballero en libertad



Regresan a su país los chilenos condenados en España por atentado explosivo a una basílica


Francisco Solar y Mónica Caballero retornarán la próxima semana en calidad de ciudadanos libres tras ser expulsados.
El regreso ya fue notificado al Gobierno y fue materia de discusión en La Moneda.

Francisco Javier Solar y Mónica Caballero, los chilenos que fueron condenados en España por el atentado cometido en 2013 en la Basílica del Pilar de Zaragoza, volverán al país la próxima semana tras haber sido expulsados desde Madrid.

La deportación, publicó este domingo La Tercera, es a modo de sustitución de la condena de cuatro años y medio de cárcel por delitos de lesiones y daños terroristas tras instalar un artefacto en la nave central compuesto por un balón de butano, dos kilos de pólvora y un reloj activador el 2 de octubre de 2013 y que lesionó a una mujer.

La decisión judicial fue realizada el pasado 30 de enero por los jueces de la Audiencia Nacional, luego de que el matrimonio -que se casó tras las rejas- invocara el artículo 89 del Código Penal español alegando que las penas de más de un año de prisión en contra de ciudadanos extranjeros pueden ser reemplazadas por su expulsión del territorio.

El retorno ya fue notificado al Gobierno y fue materia de discusión en el comité policial de la semana pasada, preocupado porque se produce en medio del debate por modificaciones a la Ley Antiterrorista tras el atentado al presidente del directorio de Codelco, Oscar Landerretche, informó el matutino.

Solar y Caballero arribarán en un vuelo procedente de la capital hispana luego de haber acreditado un domicilio en Chile y lo harán en calidad de ciudadanos libres ya que fueron absueltos en el bullado caso Bombas.

El Gobierno espera más información desde España

Consultado al respecto, el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, comentó que "se están haciendo los trámites en España, porque entiendo que los españoles van a expulsar a estas dos personas".

"Cuando pase eso podremos informar más en detalle. (La expulsión) es una decisión judicial de otro país y veremos lo que vamos a hacer, cuando ellos nos informen", manifestó algo molesto ante la insistencia de la prensa, consignó Emol.


Comite Pro Presos Cnt-Ait

https://www.facebook.com/comite.propresoscnt/

sábado, 4 de febrero de 2017

La matanza de la carretera de Almería



En febrero de 1937 las tropas franquistas tomaban Málaga. Entre 100.000 y 150.000 refugiados (en su mayoría mujeres y niños) huyeron por miedo a las represalias (Málaga había votado a favor de la República). Los refugiados salieron a pie con destino a Almería utilizando la única vía de escape posible: unos 200 km de carretera construida sobre la ladera de los acantilados y al borde del mar.
La diáspora duró entre 5 y 8 días. Durante la huida la columna de refugiados fué ametrallada por fuerzas aéreas y navales.
Durante varios días estuvieron bombardeando y ametrallando a los refugiados. Los buques no tuvieron ningún tipo de oposición militar, por lo que pudieron acercarse a escasos metros de la carretera para lanzar sus proyectiles. Algunos supervivientes afirman, aun hoy, que podían ver el alborozo de los marineros franquistas mientras disparaban sus proyectiles.
Los buques, además, estuvieron apoyados por la aviación nazi alemana e italiana que, en vuelo rasante, también ametrallaba y lanzaba bombas incendiarias a los refugiados.
El canadiense Norman Bethune elaboró un amplio documento fotográfico. Cálculos optimistas hablan de unos 5.000 muertos (la mayoría mujeres y niños).
Los responsables directos de la matanza fueron los mandos militares de los buques sublevados Almirante Cervera, Canarias y Baleares

Documental:
LA CARRETERA DE LA MUERTE. MÁLAGA, 1937

Evento en CNT Málaga

80 aniversarios del crimen de la carretera Málaga-Almería

El próximo sábado 11 de febrero el Grupo de Memoria Histórica de CNT Málaga, os invita al evento que organizaremos sobre el 80 aniversarios del crimen de la carretera Málaga-Almería y para ellos contamos con la presencia Jesús Majada Neila coordinador de la exposición de fotografías hechas por el  médico canadiense Norman Bethune y su equipo de voluntario del servicio de transfusión de sangre.
Lugar sindicato CNT, Calle Martínez de la rosa Nº19.Málaga
A las 19,00 horas.


Memoria de la CNT Histórica de Málaga y provincia

jueves, 2 de febrero de 2017

Masonería y anarquismo: Anselmo Lorenzo



Cataluña, último tercio del siglo XIX – El líder anarquista y fundador de la Primera Internacional, Anselmo Lorenzo  fue iniciado, en la logia barcelonesa “Hijos del Trabajo”, numero 83 contando con 34 miembros, de los cuales 27 eran catalanes, 6 del resto de España y un sólo extranjero (francés).    
“Fui iniciado en la Respetable Logia “Hijos del Trabajo” el 13 de diciembre de 1883, a la cual he pertenecido siempre, asistiendo constantemente a todas sus tenidas, desde aquella fecha hasta el presente salvo casos de enfermedad y muy contadas de ocupación profana indispensable.”

Entre los años 1870 y 1900, se constata que, con excepción de algunas logias compuestas básicamente de trabajadores, los elementos de la clase obrera que se acercan a las Logias constituyen generalmente su elite intelectual o los redactores y directores de prensa. Tenemos un buen ejemplo de ello en dos fundadores de la Federación de Trabajadores de la Región Española en 1881: José Lunas y Pujals, fundador y director del semanario anarco-republicano-catalanista “La Tramuntana”, en Barcelona; Antonio Pellicer Peraire, director de las revistas anarquistas barcelonesas “Acacia” y “El Productor”, así como colaborador en la redacción de la obra “Garibaldi Historia liberal del siglo XIX” de Rafael Farga Pellicer, que tan buena acogida tuvo entre el obrerismo de la época.

Estos dirigentes del proletariado son bienvenidos a la masonería, aunque como es el caso de Anselmo Lorenzo prediquen la futura destrucción del Estado y el subsiguiente advenimiento de la sociedad ácrata porque a mi entender, a la Orden de la Escuadra y el Compás le preocupa que un sector importante de la sociedad viva aislado de su conjunto, como efectivamente ocurría con el anarquismo ibérico, celoso de su pureza y reacio a dejarse contaminar por la “podredumbre burguesa”. Y la masonería pretendía integrar a todas las clases sociales en un proyecto social y filosófico ciertamente vago y con pluralidad de definiciones, pero que era capaz de movilizar a los “hermanos” en tareas como la redención del proletariado.
Si consideramos el movimiento anarquista como fenómeno social de carácter heterodoxo -respecto claro está, del status social vigente en cada momento histórico– es fácil comprender la atracción que pueda producirse entre dicho anarquismo y toda una amplia gama de “ideologías” -también heterodoxas- como puedan ser el espiritismo, el laicismo, el librepensamiento o la masonería.

Esta “atracción” entre movimientos heterodoxos, es más intensa cuando dichos movimientos carecen de un cuerpo doctrinario perfectamente elaborado. Este podía ser el caso precisamente del anarquismo, el cual, por su propia idiosincrasia y como consecuencia de sus bases ideológicas, carece de este cuerpo doctrinal único y cerrado.

Antes al contrario, la importancia social e ideológica del anarquismo -y también su debilidad- reside en su amplia capacidad en aceptar cualquier heterodoxia social. Por otro lado, parece obvio que esta capacidad de aceptación aumenta en el seno del anarquismo en relación directa con la crisis del movimiento, ya sea por causas exteriores –represión gubernamental- o internas –crisis ideológicas.

Es inmerso en este contexto donde se puede apreciar las relaciones entre anarquismo y masonería. Contexto que aboca al movimiento anarquista a ejercer la dualidad de pertenecer a una organización obrera y a su vez a crear logias dentro de la obediencia de las órdenes Masónicas, usándolas como plataforma y modo de supervivencia del movimiento obrero al que pertenecen. Esta dualidad no estuvo exenta de tensiones, tanto por parte del movimiento obrero contra los que pertenecían a la masonería, como por parte de los masones contra los que ejercían esta dualidad.

En 1889 estalla una viva polémica en el seno del movimiento anarquista sobre la necesidad o la imposibilidad de ser al mismo tiempo masón y anarquista. Las dificultades en contemporizar anarquismo y masonería parecen obvias si se define al movimiento anarquista como una actitud permanente de condena de la sociedad, aun cuando esta condena pueda proceder de una concepción individualista de la naturaleza del hombre. Su método es siempre el de la rebelión social, sea violenta o no. Mientras la masonería critica pero no condena a la sociedad.
A pesar de ello había muchos que intentaban compaginar ambas cosas y bien o mal lo consiguieron, lo pone de manifiesto el peculiar historial masónico del destacado anarquista Anselmo Lorenzo. No obstante no hay que olvidar que todo este proceso fue fruto de una época. Época en que el movimiento obrero luchaba por defender su razón de ser, su crecimiento y su pervivencia y con la masonería les unía parte de su lema, “Igualdad y Libertad”.

Pienso que esta relación fue beneficiosa para ambas organizaciones. Para los líderes obreristas dualistas porque consiguieron sobrevivir tanto económicamente como intelectualmente, manteniendo vivo su pensamiento y dándolo a conocer, mientras eran represaliados por el poder político. El beneficio para la masonería fue que tomó conciencia de las injusticias cercanas, palpables y eso les convulsionó. Fruto de esta convulsión fueron sus posteriores intentos y consiguiéndolo en muchas ocasiones de infiltrarse en el terreno social, con fines filantrópicos, para ayudar a las víctimas de las injusticias sociales.

Montse Franch
Taller Francesc Ferrer i Guardia